Conrad Murray fue el autor material del asesinato de Michael Jackson en 2009 mediante una sobredosis de propofol. El médico fue condenado por homicidio accidental a 4 años de prisión, pero acaba de ser puesto en libertad por buen comportamiento luego de cumplir solo 2 años (la mitad de la pena).
Michael Jackson es considerado el mayor artista en la historia de la música pop, más de 750 millones de discos vendidos hasta el día de su muerte lo ratifican. Fue amado por EEUU en la primera mitad de su carrera y crucificado en la segunda mitad por sus extravagancias, escándalos sexuales y la enfermedad del vitiligo que decoloró su piel.
La vida de Jackson fue difícil, desde muy niño trabajó para mantener a su madre, padre y 8 hermanos. No tuvo infancia y luego como adulto quiso ser eternamente niño. Además de ser el extraordinario cantante y bailarín, fue su vida misteriosa lo que le dio niveles de fama superior a los Beatles, Elvis, Sinatra y los Rolling Stones; pero también lo hizo víctima de todos los prejuicios y las peores difamaciones de los medios de comunicación.
Tal vez nunca se sabrá quién fue el autor intelectual del asesinato a Michael Jackson. Unos culpan a la disquera que tuvo una disputa legal con el Rey del Pop, otros afirman que Jackson valía más muerto que vivo hasta para su propia familia. Cualquiera que sea la verdad, sorprende la impunidad que ha favorecido al irresponsable doctor que le aplicó una sobredosis capaz de hacer dormir a un elefante.
Entre el niño y el adulto. Entre el blanco y el negro. Entre lo masculino y lo femenino. Fue simplemente Michael Jackson, el autor de grandes éxitos como Don't stop till you get enough, Thriller, Billie Jean, Bad, Beat it, Black or White. Michael Jackson, el artista crucificado, difamado pero también admirado que el mundo no olvidará.
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