En decadencia y muy enfermo, así describe en sus declaraciones Conrad
Murray a El Rey del pop, Michael Jackson, en una entrevista que concedió
al diario The Mail on Sunday, a tan sólo unas semanas de haber salido
de la cárcel.
El médico quien atendió a Jackson en la última etapa de su vida, habla a
unos días de haber salido de la cárcel. “¿Quieres saber qué tan
cercanos éramos? Sujeté su pene todas las noches para ponerle un catéter
porque era incontinente”. Murray continuó: “Era un hombre decrépito.
Tenía que forzarlo a comer, siempre comía lo mismo: arroz y pollo.
Estaba bajo una enorme presión”, agregó.
Además, dijo gozaba de la confianza del ídolo, a tal grado, que era al
único a quien le permitía entrar a su habitación, donde ni siquiera las
sirvientas tenían acceso por miedo a que le robaran su ropa interior.
Comentó que semanas antes de la muerte del cantante, ocurrida el 25 de
junio de 2009, Jackson lo miró y le dijo: “Por el resto de nuestras
vidas nuestros nombres serán inseparables”.
“Éramos familia, nos queríamos como hermanos... nunca le di a Michael
algo que pudiera matarlo. Lo amaba, aún lo amo, siempre lo haré”,
expresó Murray, condenado a cuatro años de prisión por homicidio
involuntario, pero sólo cumplió la mitad de su pena; además, perdió su
licencia de médico.
Sobre la acusación de homicidio, Murray dice ser inocente. “Yo no maté a
Michael Jackson. Él era un drogadicto. Michael Jackson accidentalmente
mató a Michael Jackson”.
También la paternidad de los tres hijos del intérprete de “Thriller” fue puesta sobre la mesa por este polémico personaje.
“Fui una de las pocas personas de su confianza a las que confesó que
nunca se había acostado con Debbie Rowe, ni con la madre de Blanket.
Para llevar a cabo la tarea, Michael contó con la ayuda de varios amigos
y conocidos”.