La cantante Taylor Swift prefiere hacer oídos sordos a los
comentarios tanto negativos como positivos sobre su música y su vida
personal --con numerosos y sonados romances, como el de Harry Styles,
John Mayer y Jake Gyllenhaal-- para evitar volverse loca.
"Puedes
llegar a obsesionarte con las cosas malas y buenas que la gente dice de
ti, incluso puedes obsesionarte contigo misma y no quiero pasar por eso.
Puedes convertirte en una trastornada con facilidad", confesó la
intérprete a la revista Glamour.
Además, la joven estrella confesó
que aunque trata de mantenerse lo más alejada posible de la opinión
pública, las críticas siempre acaban hiriendo sus sentimientos, un duro
trance por el que se niega a volver a pasar.
"La vanidad es
aplicable al egoísmo, pero también a la inseguridad. Por eso prefiero
mantener la distancia y evitar que los comentarios me hagan daño.
Reconozco que intento estar poco expuesta a los focos, pero aún así lo
poco que estoy llega a herir mis sentimientos. Lo único que realmente
puedo controlar es mi música y mi comportamiento, ¿el resto? Si me
centrara en eso me volvería loca", reveló.
A pesar de que Taylor
hace caso omiso a las críticas, es consciente del dolor que pueden
llegar a causar ciertos comentarios a determinadas estrellas por eso
insta a la gente a que perdone el comportamiento de Miley Cyrus durante
los MTV Video Music Awards --actuación en la que se contoneó sobre el
escenario siguiendo los peculiares pasos del 'twerking'--, ya que tiene
claro que a pesar de que haya personas que hayan cometido errores en el
pasado, todavía pueden generar una influencia positiva entre sus fans.
"Hay
un determinado espacio destinado a las personas públicas que cometen
errores y que son víctimas de burlas por sus actuaciones. Yo no tengo la
necesidad de mofarme de alguien, pero es algo que ocurre también entre
los fans. Ya sea en una reunión escolar o en Facebook, van a ser
humillados públicamente", reveló.