Scarlett Johansson llegó a Venecia con la mejor de sus sonrisas, su voz grave y jugando claramente a la seducción.
Pero su papel en "Under the skin", el de una alienígena en busca de
experiencias humanas, no ha convencido en la 70 Mostra de Venecia.
"No
tenía ninguna idea preconcebida sobre cómo preparar el papel", pero
quedó claro desde el principio que "cualquier idea que tuviera era
completamente irrelevante", resaltó la actriz sobre su papel en la
película de Jonathan Glazer que participa en la competición oficial de
Venencia y que recibió algunos abucheos en su primer pase ante la prensa.
Con
pantalones negros, camiseta sin mangas de rayas blancas y negras y la
melena suelta, Johansson estuvo tan simpática como vacía en sus
declaraciones sobre un papel difícil de explicar y más aún de entender
en la pantalla.
"Me llevó un par de semanas encontrar el tono para
la interpretación", reconoció Johansson, a la que atrajo la idea de dar
vida "a un personaje sin ningún elemento de humanidad".
Un
personaje que no tiene intenciones y que no actúa por ningún motivo,
simplemente porque tiene que estar en un sitio concreto en un momento
concreto, lo que llevó a la actriz a un ejercicio de abandonarse y
convertirse "en parte de una entidad".
Es, explicó, un personaje que está encendido o apagado y que tiene muy pocos diálogos.
Algo que la actriz encontró "muy interesante" porque daba como resultado escenas abstractas y muy genuinas, que hacían que su personaje casi se fundiera con el escenario.
Algo que la actriz encontró "muy interesante" porque daba como resultado escenas abstractas y muy genuinas, que hacían que su personaje casi se fundiera con el escenario.