Sandra Bullock nunca imaginó que algún día iba a rodar una película
en la que iba a ser manipulada como una marioneta mediante sofisticados
sistemas para simular la falta de gravedad en la gran pantalla. Hasta
que accedió a protagonizar "Gravity", del mexicano Alfonso Cuarón, donde
interpreta a una astronauta que sufre un accidente en medio del
espacio.
"Fue algo completamente nuevo para mí, algo más parecido a estar en
el Cirque du Soleil", comentó Bullock en el Festival de Cine de Toronto,
donde se presentó la película después de abrir el Festival de Venecia
hace apenas un par de semanas.
"Había, por ejemplo, una caja elevada en un mar de oscuridad, (...)
había otro sistema en el que flotabas y eras manipulado por los
marionetistas mientras una cámara se te acercaba en un riel a toda
velocidad (...), había algo que llamábamos el asiento de la bicicleta,
en el que te balanceabas de modo que tu cuerpo estuviera libre para
simular la falta de gravedad... Fue bizarro", confesó "Miss
Congeniality", quien comparte cartel con George Clooney en "Gravity".
"Tuvimos algunos asesores de Guantánamo", bromeó por su parte Cuarón
sobre lo tortuoso del rodaje para Bullock. Para el director de "Y tu
mamá también" y "Harry Potter y el Prisionero de Azkabán" (una de las
películas más oscuras de la saga) se trata de su primer trabajo después
de "Children of Men", de 2006. Hacer realidad "Gravity", cuyo guión
coescribió junto a su hijo, Jonás Cuarón, le llevó en total cuatro años y
medio. "Trabajaron en posiciones realmente incómodas, por lo que todo
el mérito es para Sandra y George", afirmó.
Bullock, quien a lo largo de su carrera rodó numerosas comedias
románticas como "Forces of Nature" y películas de acción como "Speed" se
ha volcado en los últimos tiempos a papeles más dramáticos en películas
como "Crash" o "The Blindside", por la que obtuvo un Oscar a la mejor
actriz. "Fue frustrante, solitario y bizarro, pero amé hacerlo y que
nadie lo hubiera hecho antes", dijo sobre "Gravity".
El rodaje no sólo le exigió un gran esfuerzo físico -antes de
comenzar a filmar entrenó todos los días para convertir su cuerpo en una
"máquina", y durante el rodaje, al final del día, tenía una sesión con
un fisioterapeuta que le "acomodaba" lo que había quedado fuera de
lugar- sino emocional, ya que tuvo que superar unos de sus principales
miedos, el miedo a volar.
"Cuando salió este proyecto me asusté en todos los niveles posibles,
porque al principio se iba a filmar en un avión que cae en picada del
cielo para simular la falta de gravedad", contó. "Y a mí me da miedo
volar, es uno de mis mayores miedos. Pero me pareció que era hora de
superarlo".
"Emocionalmente fue el far west. Nunca sabía cómo iba a ser el día,
en general me sentía frustrada y trataba de no volcar mi enojo en
Alfonso", recordó entre risas. "Estaba frustrada porque no contaba con
todas las herramientas que en general tengo", explicó. "Pero a la vez
agradezco no haber estado en mi zona de confort".
Cuarón, por su parte, destacó la disciplina de la actriz. “Es una
disciplina que asusta. Debe ser por su ascendencia alemana", broméo, ya
que Bullock es hija de un maestro de canto estadounidense y una cantante
lírica alemana.