A
la excéntrica cantante parece que no le mueve ni la fama ni la sed de
gloria u honores. En el tiempo en que estuvo alejada de los escenarios
tras la operación de cadera a la que se sometió el pasado mes de
febrero, Lady Gaga pudo reevaluar sus prioridades y comprobar qué es lo
que le llevaba realmente a subirse a un escenario.
"Disfruté
del tiempo de reposo porque rejuveneció mi creatividad y descubrí mucho
de mí misma tras estos últimos años. Me di cuenta de que no estoy aquí
por la fama. No necesito salir y ser reconocida para sentirme viva. Sí
que eché de menos subirme a un escenario, cantar y bailar. Pero no
extrañé el ponerme trajes", confesó la artista al periódico The Sun.
En la misma línea se había expresado Gaga recientemente, al remarcar el efecto que producía en ella actuar.
"Cuando
no estoy en el escenario no me siento viva. Pero cuando me subo a él es
como si todo lo que pensara y sintiera, de donde vengo, estuviera ahí",
afirmaba la artista a la emisora BBC Radio 1.