Jesús Silva R.
Luego de la goleada sufrida por la selección venezolana de fútbol y frente a la casi segura eliminación en la lucha por ir al mundial Brasil 2014, muchos piensan que es obligatoria una renovación en la dirección técnica.
La pelota es redonda, todo puede suceder dentro de un campo de juego. Ganar, empatar o perder. Lo inaceptable es no mostrar un nivel competitivo ni el intento por lograr un resultado positivo mediante el desarrollo de un sistema de juego que genere oportunidades de gol, que trate de cortar los circuitos del equipo adversario, que ejerza presión y que a pesar de las limitaciones técnicas o físicas de los jugadores de la vinotinto, invente o fabrique jugadas ensayadas de laboratorio que puedan causar peligro en el arco rival.
Lo totalmente insoportable es mostrar en un partido internacional clasificatorio al máximo evento deportivo mundial, la total ausencia de esquema táctico, una posesión del balón por debajo del 30%, ser dominado todo el partido, desbordado constantemente por ambas bandas y arrinconado en la zona de nuestro portero casi por 90 minutos.
No critico que Venezuela haya perdido ante el excelente nivel de Chile, mi categórica protesta pública es que Venezuela ni siquiera haya competido ni presentado oposición ante su adversario deportivo. La pésima dirección técnica fue incapaz de motivar a nuestros jugadores y desarrollar una propuesta futbolística profesional, creíble o coherente, distinta a correr detrás del balón y dar pelotazos.
El equipo no posee liderazgo, ni asociación para producir alternativas de juego, no cierra sus líneas en defensa, le falta orden táctico para avanzar con iniciativa al área rival, no dispara de media ni larga distancia, demuestra terribles dificultades para retener el balón y no consigue conectar tres pases seguidos sin ser despojado de la pelota.
Lo más grave es que no existe tácticamente un equipo de fútbol, no hay identidad ni personalidad de juego, tristemente lo apuesta todo a un error del contrario, a un saque de esquina o alguna nueva y milagrosa genialidad de Juan Arango con sus prodigiosos tiros libres de larga distancia. Por su obra, Arango debería ser mejor conocido como "San Arango" nuestro eterno salvador.
Precisamente, Arango, a mi juicio, el mejor jugador en la historia del fútbol venezolano, no fue tomado en cuenta en el sistema táctico al nivel que su jerarquía merece Arango es el Messi de la vinotinto y los diez futbolistas restantes deben jugar para él. De los 16 puntos acumulados por Venezuela en estas eliminatorias, al menos 15 provienen de sus goles de tiro libre, de sus pases de gol o de jugadas de peligro creadas por él.
Esta goleada dolorosa y humillante de 3x0 pudo ser peor (al menos 3 ó 4 goles más) si no fuera por la notable actuación del guardameta criollo Dani Hernández, quien indiscutiblemente merece la titularidad en la oncena vinotinto.
En resumen, durante más de dos años, el señor César Farías le vendió un sueño a todo un país sobre la posibilidad de clasificar a la escena mundialista. La verdad ha salido a flote, fuimos engañados. Tal posibilidad no existe. El pueblo debe exigir la inmediata renuncia de Cesar Farías, o en su defecto, su destitución.
Proponemos a Rafael Dudamel como el nuevo Director Técnico de la vinotinto para culminar decentemente la presenta eliminatoria mundialista y conducir al equipo durante el próximo proceso clasificatorio en ruta al 2018.
Por: Prof Jesus Silva
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