“In Utero”, el último disco de
estudio de Nirvana, diseñado como un potente cambio de rumbo respecto al
sonido de “Nevermind”, cumplió 20 años desde su lanzamiento sin perder
un ápice de vigencia gracias a composiciones eternas como “Heart-Shaped
Box” y “All Apologies”.
Tras coronarse como uno de los grupos de referencia de comienzos de
la década de 1990 gracias al célebre “Nevermind” (1991), Kurt Cobain,
Krist Novoselic y Dave Grohl, convertidos en reyes del grunge,
decidieron distanciarse de la pulcritud de aquel éxito y decantarse por
unos derroteros más crudos con una vuelta a sus inicios punk.
Las adicciones de Cobain y su tormentoso matrimonio con Courtney Love
acaparaban las portadas mundiales, así que los integrantes del grupo,
disgustados con esos niveles de popularidad, miraron de nuevo a sus
raíces, algo que agradecieron los fans originales de “Bleach” (1989) -su
disco debut-, desconcertados tras la conversión de sus ídolos en
“héroes de la MTV”.
La grabación del disco, que desde el 13 de septiembre de 1993 ha
vendido más de 5 millones de copias en EEUU, se llevó a cabo durante dos
semanas en los aislados estudios Pachyderm de Cannon Falls (Minnesota),
con el productor Steve Albini al frente.
Las sesiones fueron productivas y las grabaciones se desarrollaron
prácticamente sin problemas, si bien el drama llegó después, cuando la
discográfica no se mostró conforme con el resultado y convenció a Cobain
para que otro productor, Scott Litt, remezclara en Seattle
“Heart-Shaped Box” y “All Apologies”, los sencillos del álbum.
El disco, a pesar de la incertidumbre inicial, obtuvo el número uno
en las listas de ventas del país y convenció a la crítica hasta el punto
de que aparece en algunas listas de los mejores discos de la historia.
Para celebrar
Ahora, para celebrar su 20 aniversario, sale a la venta el próximo
día 24 una versión remasterizada del disco que incluye una remezcla, un
DVD, una serie de grabaciones en vivo, unas maquetas nunca antes
publicadas así como fotografías y anotaciones hechas por los miembros de
la banda.
“Grabar 'Nevermind' con (el productor) Butch Vig fue muy diferente a
hacerlo con Steve”, rememoró Grohl a la cadena de radio pública NPR.
“Con Butch hacíamos varias tomas e intentábamos conseguir que sonara
como nos habíamos propuesto prestando mucha atención a los detalles,
mientras que con Steve juro que hacíamos una sola toma, le daba al botón
de parar y preguntaba: “Vale, ¿qué viene ahora?”, agregó el batería del
grupo y actual líder de Foo Fighters.
Novoselic admitió que el reto que afrontaba Nirvana era “demostrar su
valía” frente a Albini, conocido por su forma meticulosa de trabajar.
“Empezamos con 'Serve the Servant's' y no paramos hasta el final,
aunque la canción se nos fuera de las manos, como todas en ese disco.
Terminamos, nos miramos todos y estuvimos de acuerdo en que aquello
había sonado bastante bien. Steve nos miró y estaba de acuerdo, así que
seguimos así”, manifestó el bajista del grupo.
Ambos coincidieron en que la intención original era desconcertar a
los fans, tanto a los “mainstream” como a los más apegados a su vena
independiente, a lo que trató de contribuir Cobain incluyendo imágenes
de fetos y partes del cuerpo humano en la parte posterior de la portada.
Para alejarse aún más del éxito que les había precedido, Cobain pensó
en titular el álbum “I Hate Myself and Want to Die” (“Me odio y quiero
morir”). Al final, se contentó con incluir una canción llamada “Rape Me”
(“Viólame”) y a una niña vestida como si formara parte del Ku Kux Klan
para el tétrico videoclip del primer sencillo, “Heart-Shaped Box”.