Britney Spears aceptó hacer algunas presentaciones en Las Vegas, y por cada una de ellas cobrará más de 300 mil dólares. Sin embargo, ya empezaron los problemas para la cantante.
Además de las quejas porque suponen que hará playback,
su ex, Kevin Federline, se opuso públicamente a que subiera al
escenario a uno de sus hijos, Sean Preston, de 8 años, tal como había
anunciado Britney, quien comentó que hará pequeñas apariciones en su
show.
En diálogo con TMZ, Federline dijo que lo hará "sobre su cadáver".
Ellos tienen una custodia compartida y, al parecer, la artista ni
siquiera le consultó si podía exponer a su hijo mayor en el escenario.
"Vamos a ver si lo hace. Me gustaría verlo, pero si tuviera 25 años. No voy a ir a Las Vegas, no es lo mío", dijo el ex de Spears, quien por lo bajo hizo quejas más fuertes, como: "Nuestros hijos no son monos de circo".
Es
probable que, ante la negativa de su ex, no suba a escena a los
menores, pero ahora le toca enfrentar las críticas de la prensa que la
acusaron de tener intenciones de hacer playback. "Le van a pagar un montón de dinero por hacer playback. Britney no canta. Es indignante que cobre a sus fans y no les ofrezca una actuación en condiciones", dijo una fuente al New York Daily News.
Los shows forman parte de su gira Britney: Piece of Me, que comenzará el 27 de diciembre, donde interpretará los mayores éxitos de su carrera.
"Todos
los rumores son completamente falsos, Britney cantará. Como ya se ha
dicho anteriormente, está entrenando su voz desde hace meses", aseguró
el representante de la artista.
Britney Spears y Kevin Federline estuvieron en pareja desde 2004 hasta 2007 y son padres de Sean Preston, de 8 años, y Jayden James, de 7.