El actor y cantante Justin Timberlake llevó
hoy al delirio a cerca de 85.000 personas en Río de Janeiro en la noche
más adolescente del festival Rock in Rio, en la que también cantaron
Alicia Keys y la británica Jessie J.
Vestido con camisa blanca con detalles en negro, un sombrero calado, zapatos de claqué y casi siempre escoltado por varios bailarines, Timberlake ofreció un concierto plagado de sus canciones más románticas, en el que se entregó totalmente y mostró su habilidad al piano.
El astro estadounidense empezó con Like I Love You, tema de Justified, su primer álbum en solitario, y siguió con el romántico My love, que deleitó a las adolescentes brasileñas, hoy mayoría entre un público de edad bastante joven.
El actor levantó al auditorio con algunos temas con los que lideró las listas de ventas de discos como Summer love o Shake your body y dejó para el final varias sorpresas, por lo que, para evitar filtraciones, no anunció en la lista de canciones a la prensa.
En esta tercera noche del Rock in Rio, en la que el pop fue el absoluto protagonista, sobresalió especialmente la actuación de la cantante y pianista Alicia Keys.
La artista de Nueva York derrochó personalidad y enamoró a los asistentes con el vigor de su voz aterciopelada y su talento al frente de un piano blanco acomodado en medio del gigantesco Escenario Mundo de la Ciudad del Rock.
Los brasileños cantaron a coro sus canciones más conocidas, como No one, y se entregaron totalmente cuando hizo un breve dueto con la brasileña María Gadú.
La cantante estadounidense mostró su versatilidad haciendo un solo de batería, con un par de bongos, para acompañar una emotiva interpretación de "Girl on fire", una de sus canciones más populares.
Concluyó con un "bis" de "Empire state of mind", todo un homenaje a la ciudad de Nueva York, durante el cual, para congraciarse con el público local, cambió en una ocasión el nombre de la ciudad estadounidense por Río de Janeiro.
Esta jornada de conciertos también contó con la presentación de la británica Jessie J, que comenzó con garbo, cantando su mayor éxito radiofónico, Price tag, que acompañó con un punteo de guitarra eléctrica, para adecuarse al clima supuestamente rockero del festival.
La joven británica después tocó todo su repertorio, de corte más romántico, durante cerca de una hora, con el que pasó sin pena ni gloria por el escenario principal de la Ciudad del Rock, ávido de emociones más fuertes.
En el Escenario Sunset, el segundo en tamaño del festival, se produjo un encuentro muy esperado entre los amantes de la música, que citó a dos pesos pesados como el cantante de jazz George Benson y el cantautor brasileño Ivan Lins.
Benson y Lins, que coincidieron en el mismo escenario en la primera edición del Rock in Rio, en 1985, tocaron canciones de ambos, como el tema Novo tempo, uno de los principales clásicos de Lins, para el regocijo de la parte del público de mayor edad que acudió hoy al recinto carioca.
Al final del concierto, George Benson derramó unas lágrimas después de interpretar con Lins la canción Mas que nada, otro clásico de la música brasileña, compuesto por Jorge Ben Jor.
En el mismo escenario, la neozelandesa Kimbra tocó con el grupo de percusión brasileño Olodum, con el que, en otro de los momentos más emotivos de la velada, interpretó la canción de Michael Jackson They don't care about us, cuyo vídeo musical, grabado en los años 90, contó con la participación de los tambores la banda oriunda de Bahía.
Al margen de la música, la Ciudad del Rock vivió hoy un momento curioso, cuando un hombre en parapente aterrizó en la explanada durante la tarde, lo que parte del público creyó que se trataba de una actuación programada por el festival.
Los vigilantes retiraron al hombre, el instructor de vuelo André Luiz Santiago Ferreira, pensando que estaba intentando entrar a hurtadillas en el recinto, aunque él aseguró que tuvo que hacer un aterrizaje forzado.
El Rock in Rio celebrará cuatro días más de conciertos, entre los próximos jueves y domingo, cuando el rock ganará más protagonismo, con bandas como Metallica, Iron Maiden, Bon Jovi y el cantante Bruce Springsteen.
Vestido con camisa blanca con detalles en negro, un sombrero calado, zapatos de claqué y casi siempre escoltado por varios bailarines, Timberlake ofreció un concierto plagado de sus canciones más románticas, en el que se entregó totalmente y mostró su habilidad al piano.
El astro estadounidense empezó con Like I Love You, tema de Justified, su primer álbum en solitario, y siguió con el romántico My love, que deleitó a las adolescentes brasileñas, hoy mayoría entre un público de edad bastante joven.
El actor levantó al auditorio con algunos temas con los que lideró las listas de ventas de discos como Summer love o Shake your body y dejó para el final varias sorpresas, por lo que, para evitar filtraciones, no anunció en la lista de canciones a la prensa.
En esta tercera noche del Rock in Rio, en la que el pop fue el absoluto protagonista, sobresalió especialmente la actuación de la cantante y pianista Alicia Keys.
La artista de Nueva York derrochó personalidad y enamoró a los asistentes con el vigor de su voz aterciopelada y su talento al frente de un piano blanco acomodado en medio del gigantesco Escenario Mundo de la Ciudad del Rock.
Los brasileños cantaron a coro sus canciones más conocidas, como No one, y se entregaron totalmente cuando hizo un breve dueto con la brasileña María Gadú.
La cantante estadounidense mostró su versatilidad haciendo un solo de batería, con un par de bongos, para acompañar una emotiva interpretación de "Girl on fire", una de sus canciones más populares.
Concluyó con un "bis" de "Empire state of mind", todo un homenaje a la ciudad de Nueva York, durante el cual, para congraciarse con el público local, cambió en una ocasión el nombre de la ciudad estadounidense por Río de Janeiro.
Esta jornada de conciertos también contó con la presentación de la británica Jessie J, que comenzó con garbo, cantando su mayor éxito radiofónico, Price tag, que acompañó con un punteo de guitarra eléctrica, para adecuarse al clima supuestamente rockero del festival.
La joven británica después tocó todo su repertorio, de corte más romántico, durante cerca de una hora, con el que pasó sin pena ni gloria por el escenario principal de la Ciudad del Rock, ávido de emociones más fuertes.
En el Escenario Sunset, el segundo en tamaño del festival, se produjo un encuentro muy esperado entre los amantes de la música, que citó a dos pesos pesados como el cantante de jazz George Benson y el cantautor brasileño Ivan Lins.
Benson y Lins, que coincidieron en el mismo escenario en la primera edición del Rock in Rio, en 1985, tocaron canciones de ambos, como el tema Novo tempo, uno de los principales clásicos de Lins, para el regocijo de la parte del público de mayor edad que acudió hoy al recinto carioca.
Al final del concierto, George Benson derramó unas lágrimas después de interpretar con Lins la canción Mas que nada, otro clásico de la música brasileña, compuesto por Jorge Ben Jor.
En el mismo escenario, la neozelandesa Kimbra tocó con el grupo de percusión brasileño Olodum, con el que, en otro de los momentos más emotivos de la velada, interpretó la canción de Michael Jackson They don't care about us, cuyo vídeo musical, grabado en los años 90, contó con la participación de los tambores la banda oriunda de Bahía.
Al margen de la música, la Ciudad del Rock vivió hoy un momento curioso, cuando un hombre en parapente aterrizó en la explanada durante la tarde, lo que parte del público creyó que se trataba de una actuación programada por el festival.
Los vigilantes retiraron al hombre, el instructor de vuelo André Luiz Santiago Ferreira, pensando que estaba intentando entrar a hurtadillas en el recinto, aunque él aseguró que tuvo que hacer un aterrizaje forzado.
El Rock in Rio celebrará cuatro días más de conciertos, entre los próximos jueves y domingo, cuando el rock ganará más protagonismo, con bandas como Metallica, Iron Maiden, Bon Jovi y el cantante Bruce Springsteen.