A las 8:00 de la noche se empezaron a desmantelar los 19 amplificadores
Marshall que hicieron que el repertorio de Aerosmith retumbara ayer en
el estacionamiento del Poliedro. Y a las 8:45 pm apareció Steven Tyler,
tan peculiar como ha sido durante los más de 40 años de existencia de
"Los chicos malos de Boston".
Con pantalón blanco, camisa de estampado animal rosada y un sobretodo gris, empezó con sus acostumbrados alaridos para que Let the music do the talking iniciara el recorrido por clásicos y hasta algunos nuevos temas como Oh yeah.
Pero la verdad es que las 20 canciones del repertorio se concentraron en viejos temas como la conocida balada I don't want to miss a thing y no faltaron Crazy, Jaded y Same old song and dance. Y para los que asistieron a la segunda visita de la banda esperando escuchar Janie's got a gun, la deuda volvió a quedar.
Pero quizás algunos pasaron ese detalle por alto gracias a la simpatía de Tyler, que hasta bebió agua de un termo que tenía uno de los fanáticos que estaba pegado a la tarima. También lanzó su armónica después de cantar Cryn, sus lentes oscuros al inicio del espectáculo y hasta unas cuantas pulseras.
Mientras, Joe Perry, Tom Hamilton, Brad Whitford y Joey Kramer, se mantuvieron concentrados en sus instrumentos, sin dejar de pasearse una que otra vez por la pasarela del escenario para lucirse con algún sólo de guitarra o bajo.
Las versiones, también fueron parte de la selección, con un pesado cover de Come together de los Beatles y el momento en el que Perry estuvo al frente sin Tyler en el micrófono, no faltó en el show con Combination.
Para cerrar la velada, un piano blanco lució en el escenario para que Perry y Tyler interpretaran las últimas y setenteras: Dream on y Sweet emotion. Y con ellas, la imagen que muchos conservarán en sus recuerdos: Perry parado sobre el piano haciendo sus mejores riffs en la guitarra y Tyler en las teclas cantando a toda potencia.
Con pantalón blanco, camisa de estampado animal rosada y un sobretodo gris, empezó con sus acostumbrados alaridos para que Let the music do the talking iniciara el recorrido por clásicos y hasta algunos nuevos temas como Oh yeah.
Pero la verdad es que las 20 canciones del repertorio se concentraron en viejos temas como la conocida balada I don't want to miss a thing y no faltaron Crazy, Jaded y Same old song and dance. Y para los que asistieron a la segunda visita de la banda esperando escuchar Janie's got a gun, la deuda volvió a quedar.
Pero quizás algunos pasaron ese detalle por alto gracias a la simpatía de Tyler, que hasta bebió agua de un termo que tenía uno de los fanáticos que estaba pegado a la tarima. También lanzó su armónica después de cantar Cryn, sus lentes oscuros al inicio del espectáculo y hasta unas cuantas pulseras.
Mientras, Joe Perry, Tom Hamilton, Brad Whitford y Joey Kramer, se mantuvieron concentrados en sus instrumentos, sin dejar de pasearse una que otra vez por la pasarela del escenario para lucirse con algún sólo de guitarra o bajo.
Las versiones, también fueron parte de la selección, con un pesado cover de Come together de los Beatles y el momento en el que Perry estuvo al frente sin Tyler en el micrófono, no faltó en el show con Combination.
Para cerrar la velada, un piano blanco lució en el escenario para que Perry y Tyler interpretaran las últimas y setenteras: Dream on y Sweet emotion. Y con ellas, la imagen que muchos conservarán en sus recuerdos: Perry parado sobre el piano haciendo sus mejores riffs en la guitarra y Tyler en las teclas cantando a toda potencia.
El Universal