Lindsay Lohan acaba de completar una estadía de 90
días en un centro de rehabilitación por orden de un tribunal, pero eso
no quiere decir que haya completado su tratamiento.
El juez que la envió a rehabilitarse este año tras violar su probatoria mintiéndole a la policía,
ordenó a la joven de 27 años que viera a un terapeuta tres veces por
semana durante los próximos 16 meses, para así ayudarla a no recaer.
El
magistrado tomó la decisión por recomendación de Cliffside Malibu, a
pocas horas de que la estrella saliera de este centro de rehabilitación.
En
una carta al juez, el centro Cliffside dice que aunque Lohan ha
"completado exitosamente su tratamiento estipulado por el tribunal",
creen que es "crucial" que la actriz asista a las sesiones de terapia
ordenadas por la ley, específicamente a tres sesiones semanales, de 50
minutos cada una.
"Nuestro equipo clínico en su totalidad está en
acuerdo unánime de que si estas sesiones no son requeridas por el
tribunal, con la asistencia verificada una vez al mes para asegurar
acato, la situación estaría plasmada para un fracaso casi seguro", lee
la carta.
Tomando en consideración el itinerario de la actriz, Richard Taite,
fundador y director ejecutivo de Cliffside Malibu, sugiere que las
sesiones "deberán ser en persona cuando ella se encuentre en la
localidad, así como vía Skype o por teléfono,si está de viaje".
Lohan ha estado en rehabilitación por lo menos seis veces y le dijo a Piers Morgan en mayo, cuando se le ordenó recibir tratamiento, que no creía que la ayudaría el tratamiento exigido por el tribunal.
"El
constante requisito de que vaya a rehabilitarme no tiene sentido",
afirmó Lohan entonces. "Las primeras veces que fui a centros de
rehabilitación por orden del tribunal fueron una pérdida de tiempo".
Aparentemente,
Lohan ahora tiene una mejor actitud hacia el tratamiento, ya que
Cliffside Malibu ha declarado que "no podrían estar más contentos con el
progreso que la señorita Lohan ha mostrado".