Ruddy
Rodríguez sonríe y no se cansa de hacerlo. Puede estar muy cansada por
el ajetreo del día anterior, pero el humor nunca lo pierde. Aún y cuando
ha dormido pocas horas y lleva todavía el cabello repleto de laca, la
actriz siempre muestra su mejor cara.
Ella es bella y lo sabe. Además, lo exterioriza. Tal vez por eso su trato nos hace sentir en confianza. No pone barreras, a la hora de tocar cualquier tema, ni siquiera aquel que la haya vestido de polémica.
La artista visitó Maracaibo para promocionar la exitosa película La casa del fin de los tiempos y aprovechó para hacer un repaso por sus 28 años de carrera desde las instalaciones del “Lía Bermúdez”. No le gusta hablar del pasado, pero admite que es la base de su presente.
De entrada cuenta que antes de miss fue actriz. Estudiaba teatro cuando la “reclutaron” para representar al estado Anzoátegui en el Miss Venezuela. Ahí comenzó todo.
“ Nunca quise ser modelo, ni reina de belleza. Lo que pasa es que me
vieron en el Ateneo de Caracas, estudiando en los pasillos, y me decían
que tenía pinta de miss, pero no me interesaba. De hecho, me metieron al
concurso a última hora y lo agradezco porque eso fue como una pulitura.
No me dejé operar, me querían aumentar los senos, pero yo dije que no.
Para sorpresa, gané el mejor cuerpo del Miss Mundo. Después de todo no
estaba tan mal”, dijo entre carcajadas Rodríguez, de 46 años.
El director Grazio D’ Angelo fue uno de los primeros que creyó en su
talento. Luego llovieron las ofertas. “Al principio me daba miedo porque
yo no sabía trabajar con cámaras. Recuerdo que el primer beso en una
telenovela me lo dio un señor que tenía un aliento horripilante. Le tuve
que decir que se comiera una mentica. Desde ese momento ofrezco esos
caramelitos, para no sentirme incómoda y para que el otro tampoco se
incomode. Pasa también que como uno se hace casi hermana del
protagonista. Yo, por lo memos bromeó y le digo: ‘Chamo, no vayas a
comer cebolla”.
El episodio de “Bond” lo relata de manera jocosa: “Estaban haciendo
una premier en Venezuela a beneficio de una fundación y me ofrecieron el
papel en ‘The Living Daylights’. A los seis meses me llamaron, pero no
me encontraban porque estaba concursando en el Mis Mundo, me ubicaron a
través de mi hermano (Román) que era el único que hablaba inglés en la
familia. De una vez le dije que sí. Fueron 18 días de filmación y la
escena duró 23 segundo. Siempre he hecho broma porque fue el papel de
extra más grande mi vida”.
De sus novelas, afirma que todas han sido especiales. “Con Niña Bonita fui a muchos países; la amo por ser mi primera protagonización y todo el boom que viví. Lejana San Miguel, el primer personaje de Leonardo Padrón que hice fue un gran regalo (Amores de fin de siglo) por lo que ella creó dentro del ambiente de la televisión, fue espectacular. Me fascinó Amantes de luna llena; Camila Rigores era un personaje con mucha fuerza, además, conocí gratis toda Venezuela.Las Ibáñez me gustó porque hacer telenovelas de época es una delicia. La mujer doble, al lado de Carlos Vives, me llevó a aprender de sables, floretes y espadas en ocho meses. era como una versión del zorro mujer, más no una zorra (risas).
En La ex hice lo que me dio la gana. En esa novela la conciencia se
comió a la protagonista. Tuve que renegociar porque eran dos personajes.
Mala mujer fue un sueño porque siempre admiré a Daniel Lugo y cuando
pedí que el fuera protagonista no querían por la diferencia de edad.
Después se tuvieron que callar por el éxito del proyecto.
Antes, Ruddy no era tan dedicada en la cocina, pero ahora, la
gastritis de su esposo, el rejoneador y odontólogo colombiano Juan
Rafael Restrepo, la obliga a pasar más tiempo preparando ricos platos.
“Cuando no estoy trabajando me dedico mucho al jardín de la finca , ahorita estoy sembrando brócoli, célery, lechugas, pimentón, coliflor, calabacín y me da una emoción porque yo no soy de campo, pero aprendí.
Tengo muchas habilidades para sembrar, a mi se me da hasta la siembra de plátanos. Siempre estoy podando las matas. Los bebés que no tengo, los veo en las plantas, en los los pollitos, aunque no tengo hijos yo sigo intentando, buscándolos, hasta que reviente esa piñata. ¡Y es que tiene que reventar!, yo no sé como, pero tiene que reventar. Entre la ciencia y Diosito me ayudarán. De no darse, me he planteado la adopción. Yo me me veo como madre estricta en algunos momentos, pero súper consentidora”, manifiesta la actriz.