Demi Lovato se siente muy identificada con la lucha que tuvo Cory Monteith.
"Tan solo un momento de vulnerabilidad puede llevarte a recaer", dijo Lovato a People esta
semana. "[Cory] no elegió morir. Fue la enfermedad [de la adicción]. Te
puede sorprender en cualquier momento. Una sola recaída es todo lo que
se necesita para morir. Eso da mucho miedo, pero tengo esperanzas de que
la gente, [a partir de este incidente] se de cuenta de que esta
enfermedad es muy, muy, muy peligrosa".
La intérprete del tema "Made In the U.S.A.", quien dice que lidia con sus problemas diariamente, admite que no puede hacer lo mismo que sus demás amistades.
"Ellos
pueden cumplir 21 años y tener un gran reventón", dice Lovato. "Yo no
creo que pueda ponerme en esas situaciones... No voy a clubes nocturnos.
Sé que no puedo participar sin sentir los impulsos. Y está bien que sea
así".
La cantante de 20 años, quien completó un tratamiento para lidiar con asuntos emocionales y físicos en enero de 2011, dijo en 2012 a People
que "los promotores me daban drogas y alcohol en los restaurantes o
clubes. Querían que regresara para que la gente me viera en sus
establecimientos... Ser una celebridad puede ser peligroso. Nadie dice
'no'. Por eso tantos terminan con sobredosis o muertos. Definitivamente
pudo haberme pasado".
Lovato, quien dice que su corazón está "muy, muy afligido" por la muerte del actor de Glee, en particular se identifica con el dolor de la novia de Monteith, Lea Michele.
"Estoy rezando mucho por ella y la quiero en cantidad. Le deseo mucha fortaleza en este momento", concluyó.