Por la tarde pasó a una tienda de ropa para comprar un par de playeras.
Iba en short y sandalias. El cabello, como es su costumbre, esperpéntico
y hasta la cintura. Anduvo errante unas horas. Ya por la noche,
caminaba por el barrio donde vive con un pequeño tanque de gas y de
repente pensó: voy a provocar un incendio.
Minutos después los bomberos de Los Ángeles respondieron a una llamada
de emergencia que reportaba un incendió en la avenida De Los Arboles, en
el barrio de Thousands Oaks, residencia de actores y cantantes como
Heather Locklear, Mickey Rooney, Kurt Russell, Tom Selleck, Will Smith y
Britney Spears.
Eran las nueve de la noche y en el lugar, los oficiales encontraron el
“pequeño incendio” y a la perpretadora: la actriz Amanda Bynes quien ya
en otras ocasiones ha tomado su Twitter para defenderse con la frase:
“No estoy loca”.
La dueña de la casa en cuyo patio Amanda decidió jugar con fuego,
resultó sorprendida con la noticia pues no sabía lo que estaba
ocurriendo hasta que la policía llamó a su puerta para decirle que Bynes
casi quema su casa. El sargento Eric Buschow, quien atendió la
emergencia, informó: “Había un pequeño incendio enfrente de una casa, en
una especie de pasillo en el patio. No fue un intento de quemar toda la
casa”.
En efecto, no toda la casa pero sí por lo menos un montón de ropa de la
dueña de la casa, una anciana que declaró a TMZ que ni siquiera sabe
quién es Amanda Bynes.
El sargento se acercó a Amanda para preguntarle por qué o para qué había
provocado ese fuego. No se ha revelado lo que respondió la actriz, pero
fue algo tan grave (o incoherente) que en ese momento Eric Buschow
mandó a Bynes al hospital siquiátrico para ponerla bajo observación
preventiva.
“Fue detenida y llevada para una evaluación mental”, dijo el sargento.
Bynes estará pues 72 horas bajo observación psiquiátrica, algo que vivió
en 2008, Britney Spears.