La estrella de cine admite que una de sus pasiones inconfesables reside
en la cocina de su hogar parisino, en la que no duda en pasar largas
horas para cultivar su amor por la gastronomía y hacer así las delicias
de toda su familia al sentarse todos en el comedor. A pesar de que la
intérprete ha tenido que enfrentarse siempre a la adversidad de no haber
recibido lecciones culinarias de su progenitora, quien se negó a
enseñar a Salma a cocinar para que pudiera dedicarse a otros intereses,
la diva de Hollywood ha aprendido a lo largo de los años a transformar
sus inquietudes por la comida en una gran pericia como cocinera de la
que ahora presume con orgullo.
"Mi madre siempre conquistaba a nuestros invitados con la buena mano que tenía para la cocina, y sus habilidades como cocinera siempre me llamaron la atención. Durante mi infancia y mi juventud le rogaba que me enseñara algunos de sus trucos culinarios, y ella siempre se negaba porque quería que hiciera cosas más productivas con mi vida. Nunca quiso que me convirtiera en un ama de casa convencional que debía renunciar a sus sueños, así que me animó a que siguiera otro camino. Sin embargo, creo que con el tiempo he sido capaz de hacer las dos cosas: me siento muy satisfecha con los logros de mi carrera, y al mismo tiempo he hechos mis pinitos delante de los fogones. Reconozco que me encanta cocinar, y siempre que puedo paso todo el día en la cocina para poner en práctica mis propias recetas", confesó la mexicana a la edición estadounidense de la revista Harper's Bazaar.
Aunque Salma admitió recientemente que estaba dispuesta a reducir el ritmo de sus compromisos profesionales para centrarse más en su faceta como ama de casa --una decisión motivada por la prioridad absoluta que constituyen su marido François-Henri Pinault y su hija Valentina--, la diva asume los profundos cambios en su estilo de vida con ilusión y gran satisfacción, y por ello asegura que le encanta la idea de encargarse ella misma de las labores cotidianas que definen su idílica estancia francesa.
"París es una de las ciudades más bonitas del mundo y, para mí, vivir aquí está siendo una experiencia maravillosa y totalmente diferente a la vida que llevaba antes en Hollywood. Mi decisión de mudarme aquí, y el hecho de que adoro la vida en esta ciudad tienen que ver con mi familia. El hecho de formar tu propia familia es la mayor bendición que alguien puede tener, y por eso disfruto de cada una de las tareas diarias que tengo que afrontar. Me encanta relajarme en casa cocinando, y yo misma me encargo de ir a comprar al mercado para abrir así mi mente a los diferentes tipos de alimentos que me encuentro", admitía la artista anteriormente, poniendo de manifiesto que su interés por la cocina está claramente asociado a su vida en la capital francesa.
Sin embargo, la vida casera que la actriz lleva en Europa ha provocado un pequeño conflicto entre ella y su grupo de amigas solteras, que no acaban de entender que la decisión de Salma de destacarse como ama de casa procede únicamente de su propia "voluntad".
"A veces tengo que explicarle a mi círculo más cercano que mi decisión de ser ama de casa y quedarme cuidando del hogar y de mi hija es fruto de mi propia voluntad. No soy una mujer menos independiente y más sumisa por tomar una decisión de esas características", aseguraba.
"Mi madre siempre conquistaba a nuestros invitados con la buena mano que tenía para la cocina, y sus habilidades como cocinera siempre me llamaron la atención. Durante mi infancia y mi juventud le rogaba que me enseñara algunos de sus trucos culinarios, y ella siempre se negaba porque quería que hiciera cosas más productivas con mi vida. Nunca quiso que me convirtiera en un ama de casa convencional que debía renunciar a sus sueños, así que me animó a que siguiera otro camino. Sin embargo, creo que con el tiempo he sido capaz de hacer las dos cosas: me siento muy satisfecha con los logros de mi carrera, y al mismo tiempo he hechos mis pinitos delante de los fogones. Reconozco que me encanta cocinar, y siempre que puedo paso todo el día en la cocina para poner en práctica mis propias recetas", confesó la mexicana a la edición estadounidense de la revista Harper's Bazaar.
Aunque Salma admitió recientemente que estaba dispuesta a reducir el ritmo de sus compromisos profesionales para centrarse más en su faceta como ama de casa --una decisión motivada por la prioridad absoluta que constituyen su marido François-Henri Pinault y su hija Valentina--, la diva asume los profundos cambios en su estilo de vida con ilusión y gran satisfacción, y por ello asegura que le encanta la idea de encargarse ella misma de las labores cotidianas que definen su idílica estancia francesa.
"París es una de las ciudades más bonitas del mundo y, para mí, vivir aquí está siendo una experiencia maravillosa y totalmente diferente a la vida que llevaba antes en Hollywood. Mi decisión de mudarme aquí, y el hecho de que adoro la vida en esta ciudad tienen que ver con mi familia. El hecho de formar tu propia familia es la mayor bendición que alguien puede tener, y por eso disfruto de cada una de las tareas diarias que tengo que afrontar. Me encanta relajarme en casa cocinando, y yo misma me encargo de ir a comprar al mercado para abrir así mi mente a los diferentes tipos de alimentos que me encuentro", admitía la artista anteriormente, poniendo de manifiesto que su interés por la cocina está claramente asociado a su vida en la capital francesa.
Sin embargo, la vida casera que la actriz lleva en Europa ha provocado un pequeño conflicto entre ella y su grupo de amigas solteras, que no acaban de entender que la decisión de Salma de destacarse como ama de casa procede únicamente de su propia "voluntad".
"A veces tengo que explicarle a mi círculo más cercano que mi decisión de ser ama de casa y quedarme cuidando del hogar y de mi hija es fruto de mi propia voluntad. No soy una mujer menos independiente y más sumisa por tomar una decisión de esas características", aseguraba.