Mientras cobran fuerza los rumores de ruptura del compromiso entre
los populares actores, sus allegados han empezado a mostrar su
preocupación por el asunto. Tal ha sido el caso de los padres de Miley,
quienes creen que su hija tenía en Liam un excelente apoyo, y que en él
encontraba además el sosiego necesario para llevar una vida lejos de los
excesos que pueden tentar a las jóvenes estrellas.
"Los padres de
Miley no están nada contentos con la ruptura, están muy preocupados por
Miley. Odian la idea de que esté soltera, especialmente ahora que está
viviendo una etapa tan salvaje. Ellos saben que Liam es una muy buena
influencia para ella, él es muy estable y, a diferencia de muchos chicos
con quienes ha salido, ellos saben que él no se aprovecha de su
nombre", aseguró una fuente al portal HollywoodLife.com.
Aunque
también encontró en su pareja un buen compañero de fiestas, el actor de
'Los juegos del hambre' fue determinante para encarrilar la carrera de
la actriz estadounidense.
"Liam no es un ángel, también le gusta
beber y pasárselo bien, pero está muy centrado en su carrera. Es
extremadamente disciplinado y ejerce una buena influencia sobre Miley.
Quién sabe qué va a ser de ella si él no está cerca para mantenerla
centrada, es algo que preocupa mucho a sus padres, que saben que si está
soltera, el problema de su libertinaje podría agravarse", reconoció.
La
ruptura del compromiso ha sido especialmente dolorosa para el padre de
Miley, el conocido cantante country Billy Ray Cyrus, quien siempre ha
intentado inculcarle a su hija una profunda fe católica. Por ello, y
aunque el noviazgo entre Miley y Liam comenzó en 2009, no fue hasta el
pasado marzo cuando el músico dejó de sentir que su hija vivía "en
pecado", ya que esa fue la fecha del compromiso entre los actores.
"El
hecho de que Miley se mudara con Liam antes de casarse fue un gran
problema en la familia. Causó mucha tensión entre Billy Ray y Tish [la
madre de Miley], porque él le achacó a su mujer que la estaba alentando a
ir en contra de su fe. Pero Billy Ray solo superó su idea de que
estaban viviendo en pecado cuando se comprometieron, fue un gran alivio.
Si la boda no se celebra, se lo puede tomar muy mal. Y ellos dos ya
tienen sus propios problemas maritales como para tener otra pelea por
culpa de su hija", concluyó.