El ayudante médico de la Oficina
del Forense del condado de Los Ángeles, Christopher Rogers, declaró hoy
en el juicio civil por la muerte de Michael Jackson que el “rey del pop”
sufría de artritis en la zona lumbar así como en los dedos cuando
falleció en junio de 2009.
Rogers es uno de los más de un
centenar de testigos que se espera que presten testimonio en el Corte
Superior del condado angelino durante los próximos meses en un litigio
que enfrenta a la madre de Jackson con la promotora de conciertos AEG
Live, a la que pide una indemnización millonaria por el deceso del
artista.
Katherine Jackson demandó a AEG
Live por considerar que la empresa es responsable civil de lo ocurrido
al cantante al entender que no supervisó debidamente la salud del
artista y permitió que le tratara el doctor Conrad Murray, condenado a 4
años de prisión por la muerte del “rey del pop”.
Rogers dijo que Jackson, de 50
años, medía 175 centímetros y pesaba 61 kilogramos cuando murió y que
los rayos X evidenciaron que el artista sufría artritis lumbar, una
enfermedad degenerativa de las articulaciones que también afectaba a sus
dedos.
Síntomas
Uno de los síntomas comunes de la
artritis en la parte baja de la columna es el dolor asociado con el
movimiento, la pérdida de flexibilidad, y molestias que pueden ser más
intensas durante la noche y al despertarse, debido a que el cuerpo
permanece inmóvil durante mucho tiempo.
El médico forense indicó, según Los Ángeles Times,
que Jackson sufría también de una enfermedad que despigmentaba su piel,
algo que ya había trascendido tras su fallecimiento, y que se había
tatuado de rosa los labios y de negro las cejas, así como la parte
superior de su frente.
El juicio civil por la muerte del “rey del pop” entró ayer en su segunda semana.
Jackson falleció en su casa de Los
Ángeles a consecuencia de una intoxicación aguda de medicamentos, en
especial de un anestésico de uso exclusivo en hospitales llamado
propofol que le suministraba con regularidad quien fuera su médico
personal, Conrad Murray.