Ay, Lindsay, Lindsay.
Icluso hasta cuando hace lo que debe
hacer —internarse en rehabilitación por los próximos 90 días, como parte
del arreglo al que llegó el mes pasado para evitar ir a la cárcel como sentencia de un caso en que se la acusó de mentirle a la policía— Lindsay Lohan se las arregla para desatar una controversia.
La
actriz de 26 años se reportó, como debía, a tiempo este jueves para
comenzar con el programa de rehabilitación al que debe someterse, pero
no lo hizo en el centro de Nueva York que había sido aprobado en corte
en marzo pasado para que realizara el tratamiento.
En
lugar de reportarse al centro de Nueva York, Lindsay llegó a un centro
en el sur de California. ¿La razón? Según reportó el portal TMZ, se
debió a que el centro de Nueva York originalmente elegido para su
tratamiento no le permitiría fumar.
Esto desató una conmoción en una corte de Santa Mónica, California, el jueves por la mañana, donde el procurador de la ciudad Terry White se quejó de no haber tenido la chance de revisar las credenciales del centro californiano.
Sin embargo, el abogado de la actriz, Mark Jay Heller,
pidió a la corte que le permita a Lohan quedarse allí, sin poder salir,
mientras las autoridades chequean el centro californiano.
"Mi
cliente está instalada en el seno de esa institución en este momento",
dijo Heller durante la audiencia. "Ella está en rehabilitación en estos
momentos. Nada malo va a suceder."
El juez del tribunal superior James R. Dabney permitió
que Lohan se quede en el lugar, pero se negó a permitir que el arreglo
sea permanente, y pidió una actualización a finales de este mes.