La estructura del episodio, quiso
desarrollar el clima de tensión sembrado en los episodios anteriores.
Por eso, el dinamismo en los cambios de escena, acción y ritmo de los
actores. El personaje de El Gobernador (David Morrissey), fue el mejor
caracterizado, seguido por el de Rick Grimes (Andrew Lincoln).
Las escenas cumbre, como cuando El
Gobernador asesina a sus tropas por acobardarse y cuando Andrea se
suicida producto de la mordida del 'convertido' Milton, se ven
eclipsadas por un tibio final que no da a entender lo que pasará con
los protagonistas. Los televidentes esperaban acción hasta el final.
No hubo un claro cierre de
temporada, más bien, pareció un cierre de episodio. Aún así, se espera
que en la cuarta temporada The Walking Dead traiga mayor agresividad y
complejidades de acuerdo al cómic. Reto que le espera a los productores
de la serie emitida por el canal AMC.
Sin embargo, este final de
temporada tuvo una audiencia récord, informó el blog especializado
Deadline. El drama zombi registró 12,4 millones de espectadores en la
noche del domingo, lo que supone una importante mejoría respecto al
último episodio de la segunda temporada en marzo de 2012, que reunió a 9
millones de espectadores.