Brillantes
personajes que llegaron a ser ejemplos universales de dignidad y
justicia, debieron enfrentar el asedio y la persecución de regímenes
opresores y degradación contra el ser humano. De ese grupo de titanes
del siglo XX, que emularon el papel heroico de David contra Goliat, me
merece un afecto especial Muhammad Alí (17.01.1942), ex Cassius Clay, un
afroestadounidense que se dio a conocer como el campeón mundial de
boxeo que cambió el nombre impuesto por los esclavistas blancos y adoptó
el de los musulmanes africanos.
Su
fama mayor nacería cuando se negó a participar en la guerra de Estados
Unidos contra Viet Nam, argumentando sus convicciones sociales y
pacifistas. Dijo Alí a la prensa internacional:
“Por
qué este Gobierno me pide ponerme un uniforme y viajar diez mil millas a
descargar bombas y balas sobre los amarillos de Vietnam mientras los
negros de acá somos tratados como perros. Si yo pensara que ir a la
guerra le daría libertad e igualdad a los millones de negros de mi
pueblo, no tendrían que reclutarme, yo me les uniría mañana mismo. Pero
yo realmente no tengo nada que perder al mantener mis principios, ya los
negros hemos estado encarcelados por cuatrocientos años”.
Su
rebelión significó una notable protesta política y la increíble
renuncia de un joven venido de la exclusión social y racial a los
placeres de fama y fortuna que le ofrecía la alta sociedad
estadounidense. El alzamiento de quien fuera el medallista olímpico y
máximo campeón mundial del boxeo, representaba una bofetada para la
propaganda del “sueño americano”.
El
campeón se convirtió en algo más que el mejor deportista de todos los
tiempos, también se estableció como uno de los personajes más respetados
en el mundo como símbolo de la paz mundial. Ante los ojos de todos, tal
como lo hacía en el boxeo, pero ahora en el terreno político y moral,
Alí propinaba un sólido nocaut a los autores de la guerra.
Actualmente
en escenario internacional que todavía lucha por eliminar las múltiples
formas de discriminación que nos afectan, millones de personas de todos
los colores y continentes reconocen la histórica contribución de
Muhammad Alí en favor de una mejor convivencia en el mundo.
Profesor: Jesús Silva
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