Sin lugar a dudas, los músculos hay que trabajarlos para poder
lucirlos, pero muchas veces la genética juega una papel muy importante,
mucho más que pasar horas y horas en el gimnasio. Es el caso de Patrick,
el hijo de Arnold Schwarzenegger y María Shriver. El joven ha heredado
la musculatura de su padre y a sus 19 años puede presumir de tener un
cuerpo de infarto. Y así lo ha lucido este fin de semana en las playas
de Miami, donde se encuentra disfrutando de unos días de vacaciones
junto a un grupo de amigos. Patrick está estudiando en la Universidad
del sur de California y combina sus estudios con algunos trabajos de
modelo y actor.