Las verdades de Eduardo Yáñez "Catalogado como el Conflictivo"

Lo han tachado de problemático, conflictivo, sangrón.
Conocer al actor mexicano Eduardo Yáñez en persona y ver cómo se comporta con su público dista mucho de la imagen que de él nos presentan muchos programas y publicaciones del mundo de la farándula, que sólo se interesan en buscar lo malo de las figuras públicas, dejando a un lado sus logros.
El perfil de un Yáñez conflictivo nos la han vendido hasta el cansancio creándose historias y mitos alrededor de su persona que a él ni le importan ni le perjudican y que mucho menos tiene intención de derribar.
“Mientras mi hijo en mi casa me adore como yo lo amo, mi perro y mi gato me reciban, la mujer que en su momento esté conmigo y mi madre -la mujer a la que más he amado y seguiré amando en la vida- me quieran y me acepten como soy, con mi carácter y todo, estaré agradecido con Dios. Lo demás, viene por adición”, comentó en entrevista con HOY durante su visita a Chicago en la Expo “Familia y Hogar”, presentada por Univision Chicago.
Es cierto que el actor ha tenido encontronazos con medios, algunos fanáticos o problemas en su vida personal. Y pues el que busca, encuentra y si a Yáñez alguien le busca el lado malo, se lo van a encontrar.
Respeta a quien le da su respeto y más a su público, el que ahora le sigue la pista en la pantalla chica de lunes a viernes en la telenovela “Amores Verdaderos”.
“(Gracias) al público como y vivo y por ellos es que puedo hacer mi carrera. A ellos les tengo todo el respeto del mundo. Pero a la persona que me quiera faltar al respeto, yo tampoco se lo tengo (…). Nosotros los actores a veces tenemos problemas personales fuertes, que nos ponen en algún estado de ánimo que a veces nos hace no ser tan accesibles, no es porque seamos pesados, payasos o creídos. Simple y sencillamente así es la vida”, recalca.
En sus 52 años -que no aparenta- y 33 de carrera artística, Yáñez ha sido ante todo, un hombre de clase trabajadora que ha salido adelante. Quizá por eso es que goza del cariño del público.
Luego de personajes de reparto en telenovelas como “Quiéreme siempre” (1982), “El maleficio” (1983) y “Senda de gloria” (1987), su primer protagónico fue junto a Adela Noriega en “Dulce Desafío” (Televisa, 1989) una historia que es una verdadera oda al cierre de la década de los 80 y principios de los 90 en México y la primera de tres en las que sería pareja estelar con Noriega.
En los protagónicos de Yáñez le seguiría la historia de época  “Yo compro esa mujer” (1990) con Leticia Calderón, y “En carne propia” (1990) una historia con tintes detectivescos en la que compartió estelar con Edith González. En esos años también incursionó en producciones cinematográficas en México, como la versión fílmica de “El maleficio”.
Tras dos historias con Telemundo (“Marielena” y “Guadalupe”), Yáñez se alejó de los culebrones de la pantalla chica y probó suerte en Hollywood. Actuó en películas como “Striptease” (1996) con Demi Moore y en “The Punisher” (2004).
Luego volvió a las telenovelas con la producción “Te amaré en silencio” (2003), la primera producida por Univision.
En 2006 regresó a Televisa para actuar en “La verdad oculta” en rol protagónico. Su retorno exitoso vendría de la mano de “Destilando amor” (2007), remake de la historia colombiana “Café con aroma de mujer”, que protagonizó con la ahora primera dama de México, Angélica Rivera, y con “Fuego en la sangre”.
“He tenido la suerte de hacer personajes con los que el público se puede identificar. Por ejemplo, en ‘Destilando amor’, Rodrigo era un hombre que estudió en el extranjero y que cuando llega a su pueblo, y ve su tierra, se enamora otra vez de su México, y no sólo de su tierra, sino de lo que da su tierra que es una hermosa mujer, como La Gaviota. En ‘Fuego en la Sangre’, Juan (su personaje) era como el padre de mis hermanos ya que habíamos perdido a nuestra madre y padre a corta edad. Era un ranchero que crió a su familia y que vive las bases de la familia y los problemas que esto conlleva. Habemos muchos mexicanos con esa problemática”, relata.
Su siguiente proyecto, “Corazón Salvaje” (2009), fue un reto, ya que el personaje de Juan del diablo lo interpretó antes Eduardo Palomo (1993) con gran aceptación. Reconoce que el personaje por tener esos matices oscuros, le fue difícil de interpretar.
Tras ese proyecto, vino “Amores Verdaderos”, la historia que tiene cautiva a la audiencia y que relata la historia de amor entre  el guardaespaldas José Ángel Arriaga (Yáñez) y la mujer que lo contrata para que la cuide, Victoria Balvanera (Érika Buenfil). Al actor la historia le da la oportunidad de mostrar el lado humano de los guardaespaldas.
“Muchas veces vemos a los guardaespaldas y nos caen gordos. No sabemos nada de su vida y asumimos. Antes de interpretar a este personaje seguí de cerca a muchos guardaespaldas. Sus vidas son como las nuestras, con una familia que mantener. Cada día salen a la calle sin saber si van a regresar. Quise humanizar ese lado, mostrar que son seres humanos y no sólo robots que pegan o cubren a alguien, quise exponer sus problemas personales”, contó.
Arriaga es un hombre de campo que se trasladó con su familia a la gran urbe de la Ciudad de México. Se enfrentará al dilema de seguir siéndole fiel a Cristina (Mónica Sánchez) o dejarse llevar por los sentimientos que en él despierta su patrona Victoria, quien también está casada.
“Amores Verdaderos” tiene como riqueza que cada personaje tiene una parte en la historia, no todo gira en torno a los protagonistas.
“Cada cuadro que ves es parte de esa máquina que engrana para contar una historia completa de muchos conflictos. Y tocamos muchas cosas. Cada  parte engrana muy bien”, destaca.
El oficio de guardaespaldas no está muy lejano al de el actor. Los actores también tienen una fachada y el público que los idolatra al verlos en la pantalla ni se entera de lo que sucede detrás del éxito o fama que puede traer un proyecto. Asume y no ve el mundo detrás del actor.
“Las telenovelas son lo que no da más popularidad. Pero como actores, hacemos teatro, buscamos oportunidades en cine, escribimos algún libreto. Siempre estamos buscando algo, tratando de crear,  preparándonos. Es por eso que estoy agradecido con el público que me sigue, porque cada vez que toco la televisión, ahí están conmigo. Eso quiere decir que todo ese tiempo que estoy detrás de las cámaras, estudiando actuación, preparándome, da frutos. No soy un actor que llega nada más a decir un par de líneas sino que siempre me preparo mucho para dar lo mejor de mí”, enfatiza.
Será hasta mayo que concluyan las grabaciones de “Amores Verdaderos” y Yáñez no tiene en este momento planes, ya que la telenovela lo absorbe por completo y no le gusta comprometerse con nada hasta que termina lo que empezó.
“Cuando terminemos pensaré en lo siguiente. Como actor uno instintivamente tiene sueños en los que pongo mi mente, pero no mis acciones. De mi siguiente sueño ya se enterarán”.

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