A Kim Kardashian
le está costando asumir el embarazo. Y es que, aunque un bebé es
siempre una alegría, los cambios físicos que acarrea su gestación son
también numerosos, y a alguien que ha sido un icono sexy le cuesta
asumirlos... "Es difícil adaptarse cuando tu cuerpo está sufriendo
tantos cambios, te sientes mal y además si tienes que viajar, te pones
peor (...) Tengo que admitir que no es fácil estar embarazada", declaró a extra.
Lo
cierto es que la modelo y actriz no ha cambiado apenas nada de su forma
de vida... ni de su forma de vestir. Sigue vistiendo igual de ajustada,
aunque la luce una considerable barriga, puesto el que será su primer
hijo con el rapero Kayne West nacerá el próximo mes de julio. Ya ha
anunciado además, según HollywoodLife, que tiene la intención de someterse a una operación de cirugía estética para reducir su abdomen tras dar a luz.
Su actual pareja, Kayne West, se muestra radicalmente en contra porque su madre, a quien estaba muy apegado, falleció en una operación de este tipo en 2007.
Pero Kim Kardashian no parece dispuesta a perder la figura que la ha
hecho famosa en todo el mundo. De momento, ha optado por relajarse con
una sesión de acupuntura y ha colgado las fotos en su Twitter.