La actriz australiana se siente a los 45 mucho mejor de lo que se
había imaginado, pero se da cuenta, viendo cómo envejecieron sus padres,
de que su energía no durará para siempre, por lo que ha decidido sacar
el mejor partido a cada día.
“Tener 45 años es mejor de lo que me esperaba, pero al mismo tiempo
me encuentro de golpe cuidando de mis padres de 70 y tantos. Es una
sensación bastante agridulce porque sabes cómo va a terminar”, confesó
la artista.
“Existe un principio, existe un final y existe todo lo que está entre
medias de ambos. Obviamente, te vas haciendo vieja y el final se
acerca, pero al mismo tiempo sientes una enorme alegría y gratitud por
cada día que pasa”, añadió la actriz.
Nicole --madre de dos hijas, Sunday y Faith, con Keith Urban, y de
otros dos hijos adoptivos, Isabella y Conor, con su exmarido Tom
Cruise-- ve ahora el tiempo como un “valioso” regalo y su única voluntad
es aprovecharlo al máximo rodeada de su familia.
“El tiempo es enormemente valioso y se vuelve todavía más preciado
cuando envejeces. Y forzosamente se convierte en un factor muy
importante a la hora de tomar decisiones. Mi marido siempre me dice: “El
tiempo es lo único que no se puede comprar” y por esa misma razón
intentamos siempre tomar decisiones que impliquen mantener a la familia
unida, porque el tiempo perdido sin ellos ya nunca se podrá recuperar”,
explicó la exitosa actriz.