La cantante estadounidense Taylor Swift se enfrenta a un proceso judicial
tras la cancelación de un festival de música country en Canadá por el
que ya había cobrado para ser cabeza de cartel, según publica TMZ.
Los promotores de Capital Hoedown, evento que iba a tener lugar en
Ottawa el pasado mes de agosto, supuestamente no fueron capaces de
finiquitar todos los preparativos a tiempo por lo que el festival fue
anulado. La compañía tiene que devolver ahora el dinero de las entradas
vendidas, 1.8 millones de dólares, y cree que sería posible con el
dinero que adelantaron a Taylor, de acuerdo con los documentos
presentados ante el tribunal federal de Nueva York a los que ha tenido
acceso el portal de internet.
Sin embargo, los portavoces de la cantante contestaron que el trato
de la artista no fue con la compañía que vendió las entradas por lo que
no pueden hacerla responsable de dichos reembolsos. Además, aseguran que
a día de hoy no han visto ninguna demanda.
Taylor ya tuvo otro encuentro con la justicia en 2010 cuando la
cantante fue demandada por su antiguo mánager Dan Dymtrow por
incumplimiento de contrato. Al parecer, el letrado firmó cuando la
cantante tenía 14 años y la ayudó a lanzar su carrera pero la familia de
la joven conspiró para su despido antes de poder ganar ninguna comisión
por las ventas de su disco.
“Ellos retrasaron el trato una y otra vez tratando
de deshacerse de mi cliente quien finalmente firmó otro acuerdo que hizo
que la familia se quedara con las comisiones”, declaró el abogado de
Dan, Fernando Pinguelo.