Aunque se lo toma con sentido del humor,
el futbolista portugués ha asegurado que no es tan presumido como
dicen. De hecho, ha reconocido que con una “calidad” como la que tiene
su pelo, no es necesario dedicar mucho tiempo a su cuidado.
“¡Eso no es cierto, es una broma! No me
paso media hora frente al espejo, te prometo que lo máximo que le dedico
es un minuto, lo juro. Cuando tu pelo es de buena calidad como el mío,
es fácil arreglarlo”, ha declarado el deportista al periódico The Sun.
Además del esmero por el cuidado de su
imagen, Cristiano también es conocido por sus “extravagantes” caprichos.
Aunque le es difícil recordar todas sus adquisiciones, el futbolista
del Real Madrid disfruta que su exitosa carrera le permita llevar una
vida de lujos.
“Es difícil elegir lo más extravagante que he comprado. Me cuesta
acordarme, ha habido muchas cosas, pero porque tengo la oportunidad de
hacerlo. Puedo comprarme un coche de lujo, un reloj bueno o joyas. ¿La
más extravagante de todas? Probablemente un coche, pero ¿por qué no?
Tengo que poder disfrutar de la vida, de las cosas buenas. No está mal
hacer ese tipo de cosas mientras no pierdas el equilibrio en tu vida”,
ha señalado.
Sin embargo, el deportista tuvo que
despedirse dramáticamente en 2009 de uno de sus sofisticados artilugios,
su Ferrari 599 GTB, que dejó completamente destrozado al estrellarlo en
un túnel de Manchester. Sin embargo, como él mismo ha recalcado, los
coches son uno de sus lujos favoritos, motivo por el que ha contado con
varios Bentleys, un Bugatti Veyron y hasta un Rolls-Royce, además de
varios modelos de Porsche y un Audi R8 que también estrelló.
“No me importó el coche en absoluto,
sinceramente, ¡solo me importaban mis piernas! Cuando salí del vehículo,
de hecho lo hice sonriendo. Pensé: ‘De acuerdo, estoy bien’. El coche
no es lo importante, es tu vida”, ha explicado sobre el choque en la
ciudad inglesa.
Ser millonario se ha convertido en un
título inevitable en su vida y aunque en su juventud fue un sueño que
persiguió y por lo que quiso convertirse en un deportista de élite, no
es lo que le motiva a mejorar hoy en día. “No voy a decir que no me
importe el dinero, porque es importante. Pero no es lo más importante
del mundo, no es mi prioridad. Cuando jugaba con el Sporting de Lisboa
sí lo era, porque no me pagaban lo que me correspondía, y quería comprar
cosas que no me podía permitir. Pero he llegado a un momento en la vida
en que no es el dinero lo que me da la motivación para jugar, entrenar
cada día o dar siempre lo mejor de mí”, ha contado.
Mientras sigue luchando por ser el mejor
en el campo, Cristiano desearía tener una vida más normal fuera de él,
en la que disfrutar de los placeres cotidianos con su familia alejado de
la fama.
“Lo mejor que tengo es poder hacer lo
que más me gusta y ser feliz con la vida que llevo, porque es genial y
tengo una gran familia. Lo peor es que soy demasiado famoso, no es algo
positivo y es muy duro. No dispongo de una vida normal para poder ir por
la calle, comprar, hacer lo que quiera. Es algo imposible. Vaya donde
vaya del mundo, la gente me va a reconocer”, ha lamentado.