Un ladrón apodado “Pepita” decidió atracar una farmacia en Sao Paulo, Brasil, pero para su sorpresa, mientras cometía el crimen fue robado por otros “colegas” quedando aún más pobre de lo que estaba.
El delincuente estacionó el carro, el cual había sido robado el día
anterior, justo en frente de la farmacia que robaría. Luego de obtener
el dinero se consiguió con la sorpresa de que le habían hurtado el vehículo, momento en el cual otro ladrón le arrebataba la bolsa donde llevaba el dinero que había conseguido segundos atrás.
El sujeto indignado por lo sucedido se dirigió a la estación de Policía a poner la denuncia y se encontró con el dueño de la farmacia, quien había ido a declarar lo sucedido en su establecimiento; por ello, inmediatamente el hombre fue detenido.
“Hoy en día, la violencia es tanta, que uno sale a robar y regresa más pobre todavía. Ya ni podemos llevar una vida deshonesta”, comentó el ladrón, Mauricio Fierro.
“Esos bandidos no dejan ni disfrutar las cosas que uno ha conseguido con su sudor, ese dinero era mío porque yo lo robé y es el fruto de mi falta de empleo”, dijo.
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