Aunque en la región altomirandina se dijo que la joven había sido agredida por una reclusa, a quien no habría querido obedecer, la información fue desmentida posteriormente por las autoridades penitenciarias.
En las afueras de la cárcel de mujeres su pudo conocer que la detenida llegó al penal en horas de la tarde del martes, y que su traslado causó gran revuelo dentro de las instalaciones carcelarias.
Se presume que el alboroto habría alertado a los vecinos de la zona y por esto se corrió la versión de que la modelo había recibido una herida con arma blanca.
Aunque ninguna autoridad del INOF quiso emitir declaraciones a la prensa local, se supo por palabras de los custodios de la primera garita, que el acceso estaba totalmente restringido hasta la sede del penal.
La medida y la suspensión de la visita habitual de los días miércoles, ocasionó que los familiares tuvieran que dejar en la entrada la comida y todo lo que llevaban a sus allegadas.
Posteriormente, El Ministerio para el Servicio Penitenciario emitió un comunicado en el que desmintió la información sobre las supuestas heridas que ponían en riesgo la salud y la integridad física de Karla Osuna.
Se dijo que ésta no corría peligro, pues hasta el momento, permanece aislada.
Por su parte, la directora del INOF, Kelly Cantillo, señaló por vía del mismo comunicado que la modelo de 21 años, quien fue acusada de hechos ilícitos relacionados con drogas, ingresó a las instalaciones de dicho establecimiento penitenciario, en donde se le garantizan sus derechos humanos.
"La presencia de Osuna dentro del mencionado penal, ha causado notoriedad entre las demás internas, e incluso le solicitaron hasta autógrafos que ella gustosamente firmó", dijo finalmente Cantillo.
Sin embargo, la defensora de los derechos humanos Rosalía Materano se quejó de que la directora del INOF le negara el acceso, ya que desde hace un año está tramitando una medida humanitaria para una reclusa de origen suizo, quien estaría en grave estado de salud por motivo de un cáncer.