El capítulo final de Avenida Brasil, fenómeno de la red Globo que retrataba a la nueva clase media brasileña y que era vista por unos 38 millones de fanáticos, pareció frenar a la 6a. economía del mundo.
Ni la propia presidenta Dilma Rousseff y que goza de una aprobación personal récord del 77%, se atrevió a competir con el esperado desenlace de la novela, que narraba la venganza de la joven Nina contra su ex madrastra, la malvada Carminha, reseña el portal de lanacion.com.ar
Originalmente, Rousseff tenía programado asistir a un acto en apoyo de Fernando Haddad, candidato de su Partido de los Trabajadores (PT), pero tanto los asesores del Palacio del Planalto como los de Haddad decidieron postergar el mitín político hasta hoy a la noche, por miedo a que la gente no asistiera en masa a ver a la presidenta.
Ambientada en un ficticio suburbio de Río de Janeiro llamado Divino, Avenida Brasil se convirtió en todo un fenómeno de audiencias al reflejar los modos, costumbres y aspiraciones de la bautizada "clase C", la nueva clase media que surgió en Brasil en la última década como resultado del crecimiento económico del país y las políticas sociales del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva. La chillona manera de vestirse y la mala forma de hablar de los pobladores del Divino se volvió una moda.
Ni la propia presidenta Dilma Rousseff y que goza de una aprobación personal récord del 77%, se atrevió a competir con el esperado desenlace de la novela, que narraba la venganza de la joven Nina contra su ex madrastra, la malvada Carminha, reseña el portal de lanacion.com.ar
Originalmente, Rousseff tenía programado asistir a un acto en apoyo de Fernando Haddad, candidato de su Partido de los Trabajadores (PT), pero tanto los asesores del Palacio del Planalto como los de Haddad decidieron postergar el mitín político hasta hoy a la noche, por miedo a que la gente no asistiera en masa a ver a la presidenta.
Ambientada en un ficticio suburbio de Río de Janeiro llamado Divino, Avenida Brasil se convirtió en todo un fenómeno de audiencias al reflejar los modos, costumbres y aspiraciones de la bautizada "clase C", la nueva clase media que surgió en Brasil en la última década como resultado del crecimiento económico del país y las políticas sociales del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva. La chillona manera de vestirse y la mala forma de hablar de los pobladores del Divino se volvió una moda.