Juan Pablo Raba no se atreve a adelantar mucho del papel protagónico que está realizando en el nuevo dramático de Venevisión, Los secretos de Lucía. “No puedo decir mucho. Por contrato, debemos ser discretos con el tema”.
No obstante, comentó que en la trama interpreta a Miguel Gaitán, “un mecánico que se ve envuelto en muchas situaciones de acción. Toda la novela lo es, por lo que ha implicado un proceso de adaptación para todos”.
Usted estaba acostumbrado a hacer en Venezuela historias más rosa.
Básicamente el trabajo que había hecho eran historias de amor. Esta también lo es, pero su concepción es distinta, por cuanto en lo que ella (Lucía, interpretada por la actriz mexicana Irán Castillo) comience a recuperar la memoria, se desatan una serie de situaciones que justifican toda la historia.
Eso ha sido su adaptación en cuanto a trama. ¿Y en cuanto a canal?, porque anteriormente su trabajo había sido con Rctv.
En Venevisión me han tratado excelente. Todo el equipo ha estado compacto, hermanado. Es otra manera de trabajar porque tenemos muchos exteriores y eso significa unos procesos diferentes. Pero creo que al final el público disfrutará de un excelente producto. Es la primera telenovela en HD del canal y eso también significa adaptarse a ciertos patrones, que van desde el maquillaje hasta la manera de manejarse ante las cámaras.
¿Cómo ha hecho con su familia? ¿Le pega separarse de su pequeño hijo?
Ya nos mudamos todos a Caracas. Mi esposa, Joaquín, quien tiene tres meses, el gato y hasta el perro. Al principio, lo más duro era separarme de él. Cuando me tocaba venir lo sentía mucho. No puedo estar mucho tiempo alejado de él.
¿Su participación en la película “El cartel de los sapos” fue corta por alguna razón en especial, o sencillamente el papel fue concebido así desde el principio?
Casi todos los personajes de la película están inspirados en personas que existieron o que todavía viven. Todas, eso sí, ligadas al mundo del narcotráfico. Yo tengo unas apariciones puntuales, porque así fue concebido en el libro. Además, esta película fue una manera de cerrar el proyecto de “El cartel...”, ya que habíamos hecho la serie de televisión y leído el libro.
¿Hubo batalla de egos entre ustedes?
Para nada. Volver a trabajar con todos mis amigos es una oportunidad que siempre se agradece. Quisimos culminar el proyecto por todo lo alto.
En la rueda de prensa sus compañeros decían que este tipo de películas va a seguir existiendo hasta que se cambie la realidad de nuestros países...
Nosotros somos actores. No pertenecemos al Departamento de Turismo de Colombia. Interpretamos un guión basado en la realidad... Tal vez si viviéramos en Suiza estuviésemos haciendo una película con otra temática. Pero vivimos en Latinoamérica.
La mayoría se dio a conocer con telenovelas, ¿pudieran tomarle el gusto al cine y olvidarse de los dramas?
En mi caso, todavía es apresurado hablar de eso. Las telenovelas han sido mi escuela y no pienso dejar de hacerlas, aun cuando pueda darme chance de trabajar en otra clase de producciones.
No obstante, comentó que en la trama interpreta a Miguel Gaitán, “un mecánico que se ve envuelto en muchas situaciones de acción. Toda la novela lo es, por lo que ha implicado un proceso de adaptación para todos”.
Usted estaba acostumbrado a hacer en Venezuela historias más rosa.
Básicamente el trabajo que había hecho eran historias de amor. Esta también lo es, pero su concepción es distinta, por cuanto en lo que ella (Lucía, interpretada por la actriz mexicana Irán Castillo) comience a recuperar la memoria, se desatan una serie de situaciones que justifican toda la historia.
Eso ha sido su adaptación en cuanto a trama. ¿Y en cuanto a canal?, porque anteriormente su trabajo había sido con Rctv.
En Venevisión me han tratado excelente. Todo el equipo ha estado compacto, hermanado. Es otra manera de trabajar porque tenemos muchos exteriores y eso significa unos procesos diferentes. Pero creo que al final el público disfrutará de un excelente producto. Es la primera telenovela en HD del canal y eso también significa adaptarse a ciertos patrones, que van desde el maquillaje hasta la manera de manejarse ante las cámaras.
¿Cómo ha hecho con su familia? ¿Le pega separarse de su pequeño hijo?
Ya nos mudamos todos a Caracas. Mi esposa, Joaquín, quien tiene tres meses, el gato y hasta el perro. Al principio, lo más duro era separarme de él. Cuando me tocaba venir lo sentía mucho. No puedo estar mucho tiempo alejado de él.
¿Su participación en la película “El cartel de los sapos” fue corta por alguna razón en especial, o sencillamente el papel fue concebido así desde el principio?
Casi todos los personajes de la película están inspirados en personas que existieron o que todavía viven. Todas, eso sí, ligadas al mundo del narcotráfico. Yo tengo unas apariciones puntuales, porque así fue concebido en el libro. Además, esta película fue una manera de cerrar el proyecto de “El cartel...”, ya que habíamos hecho la serie de televisión y leído el libro.
Nos faltaba el cine.
¿Hubo batalla de egos entre ustedes?
Para nada. Volver a trabajar con todos mis amigos es una oportunidad que siempre se agradece. Quisimos culminar el proyecto por todo lo alto.
En la rueda de prensa sus compañeros decían que este tipo de películas va a seguir existiendo hasta que se cambie la realidad de nuestros países...
Nosotros somos actores. No pertenecemos al Departamento de Turismo de Colombia. Interpretamos un guión basado en la realidad... Tal vez si viviéramos en Suiza estuviésemos haciendo una película con otra temática. Pero vivimos en Latinoamérica.
La mayoría se dio a conocer con telenovelas, ¿pudieran tomarle el gusto al cine y olvidarse de los dramas?
En mi caso, todavía es apresurado hablar de eso. Las telenovelas han sido mi escuela y no pienso dejar de hacerlas, aun cuando pueda darme chance de trabajar en otra clase de producciones.
clongo@cadena-capriles.com
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