Si hace tan solo dos días la artista sorprendió a sus seguidores con la
noticia de que se había rapado la parte baja de su cabellera para
homenajear a la madre fallecida de su amigo Terry Richardson, este
jueves volvió a dar de qué hablar tras tatuarse en ese mismo lugar un
querubín , algo que llevó a cabo en directo.
La controvertida y polémica estrella decidió dejar constancia en su piel de sus raíces italianas a través de ese dibujo de un angelito, que luce una corona sobre su cabeza; un diseño que fue grabado en la presentación de su nuevo perfume -'Fame'-, que tuvo lugar en el museo Guggenheim de Nueva York.
"Es como un querubín de la etapa renacentista, un guiño a sus raíces italianas", explicó el tatuador Mark Mahoney.
Para el lanzamiento de la fragancia, Lady Gaga volvió a demostrar que su creatividad no tiene límites. De hecho, la presentación estuvo amenizada por unas instalaciones de arte en directo, entre las que se incluyó su propia llegada al acontecimiento dentro de una réplica de la botella de su perfume, en cuyo interior la estrella dormía plácidamente en una cama.
"Toque la mano de Gaga, pero por favor no la despierte", rezaba una placa que fue situada junto a la peculiar estatua; una orden que siguieron muchos de los asistentes a la fiesta y que culminó con la llegada del tatuador, quien hizo su trabajo en vivo delante de todos los presentes.
La controvertida y polémica estrella decidió dejar constancia en su piel de sus raíces italianas a través de ese dibujo de un angelito, que luce una corona sobre su cabeza; un diseño que fue grabado en la presentación de su nuevo perfume -'Fame'-, que tuvo lugar en el museo Guggenheim de Nueva York.
"Es como un querubín de la etapa renacentista, un guiño a sus raíces italianas", explicó el tatuador Mark Mahoney.
Para el lanzamiento de la fragancia, Lady Gaga volvió a demostrar que su creatividad no tiene límites. De hecho, la presentación estuvo amenizada por unas instalaciones de arte en directo, entre las que se incluyó su propia llegada al acontecimiento dentro de una réplica de la botella de su perfume, en cuyo interior la estrella dormía plácidamente en una cama.
"Toque la mano de Gaga, pero por favor no la despierte", rezaba una placa que fue situada junto a la peculiar estatua; una orden que siguieron muchos de los asistentes a la fiesta y que culminó con la llegada del tatuador, quien hizo su trabajo en vivo delante de todos los presentes.