Madonna desafió hoy a las autoridades rusas al salir en defensa de los homosexuales durante un concierto en San Petersburgo, la ciudad natal del presidente ruso, Vladímir Putin.
“Queremos luchar por el derecho a ser libres. He viajado mucho por el
mundo y veo que la gente es cada vez más intolerante, pero podemos
cambiar esto. Tenemos la fuerza para ello”, proclamó la cantante
estadounidense en el pabellón Peterburgski de la antigua capital
imperial.
Madonna, que ya escandalizó a sus detractores al pedir el martes en su actuación en Moscú la libertad del grupo punk ruso
Pussy Riot, que es juzgado por cantar contra Putin en una catedral,
aseguró que “el amor” es lo único que puede cambiar el mundo.
“Antes del concierto os dieron unas pulseras rojas, que reflejan
vuestra tolerancia hacia las personas con orientación sexual no
tradicional. Ellos son personas como todos”, dijo, citada por la agencia
Interfax.
Seguidamente, añadió: “¿Estáis conmigo? Levantar las manos con las pulseras rojas. ¿Estáis conmigo? Sí“.
Muchos de los miles de asistentes al concierto, entre los que se
repartieron las pulseras en señal de apoyo a las minorías sexuales en
Rusia, a los que las autoridades prohíben celebrar marchas de orgullo
gay, levantaron los brazos al unísono.
Entre los presentes se encontraban varios representantes de la
policía y de las autoridades locales, que se ocuparon de comprobar si
Madonna infringía la legislación aprobada este año por el Ayuntamiento y
que prohíbe la propaganda homosexual, bajo pena de multa.
“Si Madonna o alguno de los organizadores infringe la ley serán
castigados: la cantante puede recibir una multa de hasta 5.000 rublos
(170 dólares)”, afirmó Vitali Milónov, diputado oficialista de la
Asamblea de la segunda ciudad rusa.