Con temperaturas cercanas a los 32 grados, Saint Tropez fue el
paraíso playero ideal este lunes. Pero Kate Moss pareció no disfrutar
mucho el caluroso clima, mientras paseaba en un bote por las costas francesas.
La súpermodelo de 38 años, que vestía un diminuto bikini, trató de
relajarse en medio del calor en compañía de su hija. Se esforzó en lucir
bien, mientras disfruta de su asueto, sin embargo parecía exasperada por el calor y trató de refrescarse abanicandose con sus manos y secandose el sudor.
Moss y su hija están pasando sus vacaciones en Saint Tropez; su esposo Jamie Hince aún no se ha unido a ellas, pero parece que madre e hija están disfrutando su tiempo juntas.
Con información de Daily Mail