El sábado después de las 11:00 pm no cabía ni un alma en el CIEC de la Universidad Metropolitana.
Cientos de personas (en su mayoría de entre 30 y 40 años de edad) se
aglomeraron con sus chaquetas de cuero, franelas oscuras, labiales
negros y los collares de pukas que no veían la luz del día desde los
tempranos noventa para presenciar el regreso de Zapato 3 a los
escenarios.
La banda tenía 13 años sin presentarse en Caracas. Sus integrantes quisieron volver con un show maratónico de dos horas y media, un paseo de 25 temas por sus discos Bésame y suicídate, Amor, furia y languidez, Separación y Cápsula para volar, entre otros.
El show comenzó al ritmo de "My way", de Frank Sinatra.
Este tema sirvió de fondo musical a la proyección de un videocollage de fotos, portadas de discos, recortes de reseñas de conciertos y entrevistas publicadas por la prensa, que sirvió para rememorar los años de gloria de Zapato 3 en los ochenta y noventa, y para despertar aún más la nostalgia. Aunque para esta gira, llamada La última cruzada, la banda apostó por un escenario vanguardista y un atractivo espectáculo de luces, fue un recital que miró al pasado, en el que el quinteto probó que su música sigue sonando tan bien, o quizás mejor, que en el pasado.
"Separación", el tema que dio nombre al tercer disco del grupo, abrió el concierto. "Mi querida Caracas, buenas noches.
No tengo palabras para decirles, de corazón y alma, gracias por estar aquí", dijo el cantante Carlos Segura. A continuación, sonaron las primeras notas de "Ahora estoy sin ti", que el vocalista interpretó pandereta en mano.
Temas como "Un amor de hierro" y "Azul azul" calentaron a los espectadores, que ya para ese momento brincaban y saltaban como en los viejos tiempos al ritmo de la guitarra de Álvaro Segura (hermano del cantante), el bajo de Fernando Batoni (siempre de negro y con maquillaje), los teclados de Jaime Verdaguer y la batería de Diego Márquez. "Les aseguro que para nosotros es una noche increíble, pero es importante que nos mantengamos calmados y no lancen birras. Ya las luces sufrieron un percance", les dijo Carlos Segura.
Al principio el sonido estuvo impecable, aunque quizás un poco alto. En la segunda mitad se sentía el feedback, y hubo un problema técnico con una de las cornetas del lado izquierdo.
El público protestó y fue solucionando rápidamente.
El concierto continuó con "Tan cerca de ti", "El amor es sangre", "Cuchillo", "Muriendo por ti", "Antonin Artaud", "Pienso perdonarte" y "Permanecer". Con este último la banda hizo su primera salida en falso. El público les pidió a los músicos que volvieran durante varios minutos.
Cuando regresaron lanzaron franelas y otros objetos. Carlos Segura grabó a los espectadores con su teléfono antes de cantar "Obstinado". Fue justo cuando se cayó el sonido. El grupo reanudó su actuación con "Amo las estrellas", "Entrada de bala" y "Uñas asesinas". El gran final estaba anunciado, en realidad, desde que empezaron a tocar: Zapato 3 no podía despedirse con otro tema que no fuera "Pantaletas negras".
En ese último tercio del concierto el público le lanzó una bandera de Venezuela a Carlos Segura. "Piense, mediten. Este es un año importante para el país. Nos vamos pero tenemos el corazón y la mente aquí. Este es mi país", anunció antes de despedirse.
Horas antes, en una rueda de prensa, el cantante había descrito la gira que los llevó a Maracaibo, Puerto La Cruz, Punto Fijo y Valencia como una cruzada larga, intensa, llena de mucha energía y sorpresas.
"Estamos muy contentos. En todas las ciudades los conciertos han estado a reventar. Aún queda una semana de tour en Mérida y Barquisimeto. También es casi un hecho que pronto haya una última sorpresa en Caracas".
El concierto del sábado fue grabado. El material servirá para editar un disco de La última cruzada. "En los ochenta y noventa nunca grabamos un disco en vivo, sólo hicimos discos en estudio, pero éramos una banda que sonaba muy bien en los shows".
Cinco horas
La última cruzada fue un evento de cinco horas de duración y cuatro bandas. Antes de Zapato 3 estuvieron en el escenario las agrupaciones Almas, Joan City y Levítico, todas oriundas de Maracay. Aun así a los espectadores no se les hizo demasiado largo el concierto. "Hay que reconocer que los teloneros tienen actitud", dice Oriana Fernández, una de las espectadoras.
Otros no tuvieron tanta paciencia. "Vine a ver a Zapato 3", indicó Fernando Rosales. Revivir los viejos tiempos fue la razón que movió a quienes asistieron al concierto. "Vine para rememorar el tiempo cuando lo escuchábamos, cuando éramos jóvenes, recordar un poquito. Dicen que recordar es vivir", señala Leda Pérez, una de las espectadoras.
"Tenía tantos años que no los veía. Es un grupo de mi generación, pero fue una experiencia totalmente nueva para mí", señala Santiago García.
"Siempre los seguí desde sus comienzos y esta fue una oportunidad para rememorar toda esa época. Salí muy satisfecho", dice Humberto Gutiérrez.
La banda tenía 13 años sin presentarse en Caracas. Sus integrantes quisieron volver con un show maratónico de dos horas y media, un paseo de 25 temas por sus discos Bésame y suicídate, Amor, furia y languidez, Separación y Cápsula para volar, entre otros.
El show comenzó al ritmo de "My way", de Frank Sinatra.
Este tema sirvió de fondo musical a la proyección de un videocollage de fotos, portadas de discos, recortes de reseñas de conciertos y entrevistas publicadas por la prensa, que sirvió para rememorar los años de gloria de Zapato 3 en los ochenta y noventa, y para despertar aún más la nostalgia. Aunque para esta gira, llamada La última cruzada, la banda apostó por un escenario vanguardista y un atractivo espectáculo de luces, fue un recital que miró al pasado, en el que el quinteto probó que su música sigue sonando tan bien, o quizás mejor, que en el pasado.
"Separación", el tema que dio nombre al tercer disco del grupo, abrió el concierto. "Mi querida Caracas, buenas noches.
No tengo palabras para decirles, de corazón y alma, gracias por estar aquí", dijo el cantante Carlos Segura. A continuación, sonaron las primeras notas de "Ahora estoy sin ti", que el vocalista interpretó pandereta en mano.
Temas como "Un amor de hierro" y "Azul azul" calentaron a los espectadores, que ya para ese momento brincaban y saltaban como en los viejos tiempos al ritmo de la guitarra de Álvaro Segura (hermano del cantante), el bajo de Fernando Batoni (siempre de negro y con maquillaje), los teclados de Jaime Verdaguer y la batería de Diego Márquez. "Les aseguro que para nosotros es una noche increíble, pero es importante que nos mantengamos calmados y no lancen birras. Ya las luces sufrieron un percance", les dijo Carlos Segura.
Al principio el sonido estuvo impecable, aunque quizás un poco alto. En la segunda mitad se sentía el feedback, y hubo un problema técnico con una de las cornetas del lado izquierdo.
El público protestó y fue solucionando rápidamente.
El concierto continuó con "Tan cerca de ti", "El amor es sangre", "Cuchillo", "Muriendo por ti", "Antonin Artaud", "Pienso perdonarte" y "Permanecer". Con este último la banda hizo su primera salida en falso. El público les pidió a los músicos que volvieran durante varios minutos.
Cuando regresaron lanzaron franelas y otros objetos. Carlos Segura grabó a los espectadores con su teléfono antes de cantar "Obstinado". Fue justo cuando se cayó el sonido. El grupo reanudó su actuación con "Amo las estrellas", "Entrada de bala" y "Uñas asesinas". El gran final estaba anunciado, en realidad, desde que empezaron a tocar: Zapato 3 no podía despedirse con otro tema que no fuera "Pantaletas negras".
En ese último tercio del concierto el público le lanzó una bandera de Venezuela a Carlos Segura. "Piense, mediten. Este es un año importante para el país. Nos vamos pero tenemos el corazón y la mente aquí. Este es mi país", anunció antes de despedirse.
Horas antes, en una rueda de prensa, el cantante había descrito la gira que los llevó a Maracaibo, Puerto La Cruz, Punto Fijo y Valencia como una cruzada larga, intensa, llena de mucha energía y sorpresas.
"Estamos muy contentos. En todas las ciudades los conciertos han estado a reventar. Aún queda una semana de tour en Mérida y Barquisimeto. También es casi un hecho que pronto haya una última sorpresa en Caracas".
El concierto del sábado fue grabado. El material servirá para editar un disco de La última cruzada. "En los ochenta y noventa nunca grabamos un disco en vivo, sólo hicimos discos en estudio, pero éramos una banda que sonaba muy bien en los shows".
Cinco horas
La última cruzada fue un evento de cinco horas de duración y cuatro bandas. Antes de Zapato 3 estuvieron en el escenario las agrupaciones Almas, Joan City y Levítico, todas oriundas de Maracay. Aun así a los espectadores no se les hizo demasiado largo el concierto. "Hay que reconocer que los teloneros tienen actitud", dice Oriana Fernández, una de las espectadoras.
Otros no tuvieron tanta paciencia. "Vine a ver a Zapato 3", indicó Fernando Rosales. Revivir los viejos tiempos fue la razón que movió a quienes asistieron al concierto. "Vine para rememorar el tiempo cuando lo escuchábamos, cuando éramos jóvenes, recordar un poquito. Dicen que recordar es vivir", señala Leda Pérez, una de las espectadoras.
"Tenía tantos años que no los veía. Es un grupo de mi generación, pero fue una experiencia totalmente nueva para mí", señala Santiago García.
"Siempre los seguí desde sus comienzos y esta fue una oportunidad para rememorar toda esa época. Salí muy satisfecho", dice Humberto Gutiérrez.