El concierto de Justin Bieber en Portland (Estados Unidos) fue inolvidable. Inolvidable para Wilson Betts, una de las miles de asistentes en aquel mar de gritos y cánticos. Porque Betts, según dice, quedó sorda parcialmente a causa de ese griterío, y por eso ha demandado al cantante.
Wilson Betts es la madre de una de las fans del cantante, a la que
acompañó al concierto que Justin Bieber dio en Portalnd el pasado 14 de
julio. Según su denuncia, que fue publicada por la web TMZ , por culpa de los decibelios que soportó allí ha decidido demandar a Bieber y reclamarle nada menos que 9 millones de dólares.
La oportunista e insólita denuncia lo es más teniendo en cuenta que
el objeto de la demanda no es el volumen de la música ni los gritos del
cantante, sino los gritos de los fans del cantante, que definió como una
“bomba de sonido” y que son, según afirma, los causantes de su pérdida
de audición.
Para más inri, Betts fundamenta su denuncia en que Justin Bieber, en un gesto irresponsable, alentó a los asistentes al concierto a que jalearan sus canciones y gritaran más fuerte.
Además de la sordera parcial, la demandante argumenta que, desde que acudió a ese concierto, sufre problemas de ansiedad y depresión
que deben ser compensados con semejante suma de dinero incluida en la
demanda. Quizás alguien ha llegado a la conclusión de que no es bueno
que las madres acompañen a sus hijos a los conciertos de adolescentes.