Red Hot Chili Peppers fue la banda encargada de cerrar esta noche el telón a la tercera edición de Rock in Rio Madrid acompañados de sus más conocidos éxitos y haciendo vibrar a los miles de seguidores que han acudido también a disfrutar de otros artistas como "Incubus" o "Deadmau5"
Los incombustibles californianos han aterrizado en la capital con sus mejores galas y dando sentido a la denominación del festival de música que, según datos de la organización, ha conseguido reunir a 180 mil asistentes entre sus cuatro jornadas.
Red Hot Chili Peppers, que ha regresado a Madrid tan sólo siete meses después de colgar el cartel de completo en el Palacio de los Deportes, volvía con las pilas puestas y con "Monarchy of Roses", de su álbum "I'm with you", como primera insignia de su concierto de esta noche.
Hasta el público afincado en el césped se levantaba para recibir al grupo californiano, que no dudaba en recurrir a sus mejores temas como "Around the world" o "Californication", que venía acompañado de unas inusuales imágenes de botes de píldoras en las que se podían leer etiquetas de sentimientos como la "felicidad" o la "belleza".
Con un mensaje en favor de traer el amor a todo el mundo, su bajista, Michael Balzary, alias "Flea", bromeaba con los seguidores que se agolpaban a los pies del escenario, que se engalanaba de luces y sonido para recibir a "Red Hot Chili Peppers".
Mientras tanto, su compañero y vocalista, Anthony Kiedis, con quien demostraba una gran complicidad, decidía despojarse de su gorra y enseñar palmito para interpretar "Can't stop", de su álbum "By the way".
Después de un recital en el que sonaron sencillos como "Hard to concentrate", "Right on time" o "Under the bridge", Red Hot Chili Peppers interpretaba "Higher Ground", escrita por el mismísimo Stevie Wonder.
Los californianos volvían a hacer entrada a la pista tras un breve amago por despedirse de sus seguidores con su batería, "Chad" Smith, enfundado en la camiseta de la selección española, recientemente coronada con la Eurocopa.
Además, Kiedis, en un alarde de su portento físico y demostrando que los años no pasan por sus brazos, decidía retomar el concierto haciendo el pino y con la música de "Suck my kiss".
Tras "Ethiopia" y "Give it away", Red Hot Chili Peppers, líder indiscutible de la jornada del cierre de Rock in Rio, abandonaba Arganda, iluminada por fuegos artificiales, para dejar paso a la electrónica de Deadmau5.
El canadiense ponía el broche de oro a la edición madrileña en el que "la música es sólo la excusa", y sus asistentes pueden disfrutar de servicios tan dispares como su concurrida tirolina, un castillo hinchable, un karaoke o una carpa VIP con expertos en dermoestética incluidos.
Rock in Rio se despide así de Madrid con la mirada puesta en el próximo año, donde el festival de música creado por Roberto Medina, aterrizará de nuevo en la ciudad de Río de Janeiro y como novedad, en la capital de Argentina, Buenos Aires.
Mira aquí un vídeo de la presentación de los Red Hot Chili Peppers en Madrid
Los incombustibles californianos han aterrizado en la capital con sus mejores galas y dando sentido a la denominación del festival de música que, según datos de la organización, ha conseguido reunir a 180 mil asistentes entre sus cuatro jornadas.
Red Hot Chili Peppers, que ha regresado a Madrid tan sólo siete meses después de colgar el cartel de completo en el Palacio de los Deportes, volvía con las pilas puestas y con "Monarchy of Roses", de su álbum "I'm with you", como primera insignia de su concierto de esta noche.
Hasta el público afincado en el césped se levantaba para recibir al grupo californiano, que no dudaba en recurrir a sus mejores temas como "Around the world" o "Californication", que venía acompañado de unas inusuales imágenes de botes de píldoras en las que se podían leer etiquetas de sentimientos como la "felicidad" o la "belleza".
Con un mensaje en favor de traer el amor a todo el mundo, su bajista, Michael Balzary, alias "Flea", bromeaba con los seguidores que se agolpaban a los pies del escenario, que se engalanaba de luces y sonido para recibir a "Red Hot Chili Peppers".
Mientras tanto, su compañero y vocalista, Anthony Kiedis, con quien demostraba una gran complicidad, decidía despojarse de su gorra y enseñar palmito para interpretar "Can't stop", de su álbum "By the way".
Después de un recital en el que sonaron sencillos como "Hard to concentrate", "Right on time" o "Under the bridge", Red Hot Chili Peppers interpretaba "Higher Ground", escrita por el mismísimo Stevie Wonder.
Los californianos volvían a hacer entrada a la pista tras un breve amago por despedirse de sus seguidores con su batería, "Chad" Smith, enfundado en la camiseta de la selección española, recientemente coronada con la Eurocopa.
Además, Kiedis, en un alarde de su portento físico y demostrando que los años no pasan por sus brazos, decidía retomar el concierto haciendo el pino y con la música de "Suck my kiss".
Tras "Ethiopia" y "Give it away", Red Hot Chili Peppers, líder indiscutible de la jornada del cierre de Rock in Rio, abandonaba Arganda, iluminada por fuegos artificiales, para dejar paso a la electrónica de Deadmau5.
El canadiense ponía el broche de oro a la edición madrileña en el que "la música es sólo la excusa", y sus asistentes pueden disfrutar de servicios tan dispares como su concurrida tirolina, un castillo hinchable, un karaoke o una carpa VIP con expertos en dermoestética incluidos.
Rock in Rio se despide así de Madrid con la mirada puesta en el próximo año, donde el festival de música creado por Roberto Medina, aterrizará de nuevo en la ciudad de Río de Janeiro y como novedad, en la capital de Argentina, Buenos Aires.
Mira aquí un vídeo de la presentación de los Red Hot Chili Peppers en Madrid