La flamante monarca de Wimbledon, Serena Williams, fue una de las grandes atracciones en el Lane Hotel InterContinental, ubicado en el centro de Londres, donde se celebró el tradicional baile de los campeones.
La tenista estadounidense de 30 años, que en la final del certamen
batió a la polaca Agniesa Radwanska, lució un vestido dorado y brillante
ceñido al cuerpo que marcaba sus poderosas curvas. En la gala exhibió
su trofeo junto al número uno del mundo, Roger Federer, quien también se
coronó nuevamente en Wimbledon tras derrotar a Andy Murray.