Puede haber tenido uno de los años más escandalosos del mundo del
espectáculo y varios meses en los que no hizo mucho más que estar de
fiesta y ser protagonista de embarazosas historias, pero Charlie Sheen
sigue siendo Charlie Sheen: una de las mayores estrellas de la
televisión estadounidense, algo que se comprobó la semana pasada, cuando
su nueva serie logró anotarse un récord de audiencia en su debut en su
país.
Con la confianza de esa prueba superada -a pesar de que el rating
bajó en su segundo capítulo-, el actor de 46 años se toma su tiempo y se
fuma un cigarro en un patio interior del hotel Four Seasons de Beverly
Hills, para luego entrar a enfrentarse a un grupo de periodistas con
relajo, una sonrisa en la cara y comentando con su séquito -que incluye
su propio maquillador, su mánager y la persona que se encarga de su
cuenta de Twitter- las características de las grabadoras que lo esperan
sobre una mesa. “¿Son regalos para mí?”, pregunta como modo de saludo, y
logra la primera risa en la habitación.
Anger management (ver nota relacionada) es el nombre de la
serie que se estrena el 19 de julio por el canal TBS (señal 110 en VTR) y
que a pesar de ese éxito en audiencia, se enfrentó a duras críticas de
parte de la prensa especializada. “La verdad es que no leo las críticas,
porque si me creo lo malo, también tengo que creer lo bueno. Me dijeron
que había algunas poco favorables, pero el rating habló más fuerte. Ese
es el crítico al que le pongo atención; además, tengo mucha confianza
en la serie que estamos entregando, no es sólo expectación”, comenta el
actor a La Tercera, hablando de las expectativas que había por ver su
regreso a la televisión, 15 meses después de su despido de Two and a half men.
“De todas formas, hay algunos críticos que tienen un problema conmigo,
así que cualquier cosa en la que esté la van a encontrar mala, y eso
está bien. Mi hijos no me van a querer menos por eso, así que realmente
no importa”, agrega.
Si Anger management sigue por la vía del éxito en Estados
Unidos, hay un compromiso de renovarla inmediatamente por otros 90
episodios, algo que no deja de poner nervioso al actor, por el
compromiso que significa. “Es algo que asusta, pero es emocionante. No
hubiéramos aceptado esa propuesta si no creyéramos que podemos cumplir.
Aunque eso es en teoría; es otra cosa hacerlo realmente”, dice.
Si eso sucede, Sheen asegura que además será lo último que hará en la
actuación. “Hay muchas cosas que quiero hacer y que no tienen que ver
con el mundo del espectáculo. Me voy a convertir en crítico de
televisión”, dice bromeando, y luego habla de sus planes más en serio:
“Podría ser un buscatalentos de béisbol… o hacer otras cosas que son
fantasías pero que podrían convertirse en realidad”.
Aunque la idea es que con el debut de Anger management se cierre finalmente el capítulo de su paso y salida de Two and a half men,
Sheen tiene claro que no es un asunto olvidado. Incluso su nueva serie
abre con él hablando a la cámara, dando un discurso en clara referencia a
su ex serie. “No me pueden despedir, ¡renuncio! ¿Creen que me pueden
reemplazar por otro tipo? Adelante. No será lo mismo”, dice en el inicio
de la comedia. “Creo que fue muy inteligente lidiar inmediatamente con
el asunto del despido, hablando directo a la cámara. Creo que eso cerró
muchas puertas y abrió otras nuevas”, analiza.
De todas formas, Sheen confiesa que fue la poco decorosa salida de la
comedia que hoy protagoniza Ashton Kutcher la que lo llevó a esforzarse
por tener otra serie. “No podía irme de la televisión y que mi legado
fuera mi salida de Two and a half men. Porque hubo seis o siete
años en que realmente disfruté ese show y de los que estoy muy orgulloso
y que creo que hicimos uno de los mejores programas de televisión en
mucho tiempo, desde los guionistas a los actores, y lo pasé muy bien”,
dice, y continúa: “Eso es lo que quiero recordar de Two and a half men;
que vi a un niño (Angus T. Jones) crecer frente a mis ojos, vi surgir
la genialidad de Jon Cryer, y estar a dos metros de eso por todo ese
tiempo fue un gran regalo”.
El actor asegura que, al menos en el ámbito personal, esta serie está
siendo esa nueva partida que buscaba. “Es la primera vez en mucho
tiempo en que estoy feliz de ir a trabajar y me pongo triste cuando me
voy. Todo esto es como un regreso a lo más básico para mí, me siento más
liviano, más joven, como que finalmente estoy involucrado en algo que
me nutre en vez de debilitarme”.
Con ese entusiasmo, Sheen prepara además el papel que lo llevará de vuelta al cine: Machete kills,
cinta que será su primer trabajo con Robert Rodríguez y que se empezó a
filmar esta semana, con el actor en el rol del Presidente de Estados
Unidos. “Estoy contento, habíamos tratado de hacer proyectos juntos en
el pasado, pero nunca había resultado. Ahora se me acercó hace un par de
semanas y ni siquiera leí el guión, sino que acepté en el momento y por
un dólar de sueldo. Tiene que firmarlo y entregármelo, ese es el
acuerdo”.