Kris Jenner debería aprender a medir un poco sus palabras cuando esté en frente de sus hijas menores de edad Kendall y Kylie.
Si la matriarca de las Kardashians quiere limpiar un
poco su imagen delante de la agrupación de psicólogas sociales
estadounidenses que se quejaron por su comportamiento, en vez de hacer chistes sexuales e inapropiados, como los que hizo en el mas reciente episodio de Keeping Up With The Kardashians, debe medir sus palabras.
La madre el clan estuvo riéndose de manera histérica junto a su
marido Bruce Jenner mientras tomaba diferentes alimentos de la cocina y
hacía comentarios sexuales ante la presencia de su hija Kylie, quien
apenas tiene 14 años.
Kris tomó dos rollos de pan, los puso sobre sus pechos y le pidió a
su marido que dijera lo primero que le pasara por la cabeza. Más
adelante tomó un espárrago de gran tamaño y se lo puso a Bruce en la
cara mientras su hija adolescente la miraba con cara de mortificación.
Las malas decisiones de Jenner no terminaron ahí, porque en el mismo
episodio decidió ir a visitar a su ex amante, responsable de su divorcio
con Robert Kardashian, a escondidas de su marido Bruce.
Estas acciones de Jenner de seguro traerán más comentarios a la larga
lista de críticas que han generado sus últimas actuaciones en el
popular show de E!