En la mañana de este sábado la Orquesta Simón Bolívar Big-Band Jazz retumbaba en las instalaciones del Centro de Acción Social por la Música, en Caracas, la razón: un encuentro con el reconocido pianista de Latin Jazz, Eddie Palmieri, quien visitó la sede del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela.
La pieza Palma del pianista neoyorquino, ejecutada por los integrantes de la orquesta venezolana, movió a más de uno en el salón Simón Bolívar. Tanto los que estaban sus asientos, como quienes estaban de pie, no pudieron ocultar las ganas de seguir el ritmo de aquella música.
Dos columnas que sostienen la estructura del edificio fueron incómodas para los que querían observar el espectáculo y la melodía entraba por los oídos de todos, hasta de aquellos que no son muy prestos para el baile; sin embargo, ninguno pudo resistirse al calor de estas notas caribeñas.
Momento más tarde tomó el turno el profesor Alberto Vergara, de la Orquesta Latino Caribeña Simón Bolívar, que luego de dar la bienvenida al maestro Palmieri, dirigió la próxima interpretación.
Tres minutos después, comenzó algo "mágico". La pieza Lo que traigo es sabroso, del tercer disco de la orquesta La Perfecta, estremeció el lugar. Muchos comenzaron a aglutinarse en la parte delantera de la sala, aliados con los dos cimientos del edificio que reverberaban con el bajo de la música.
La emoción de quienes disfrutaron la presentación no se pudo ocultar, pues Palmieri hizo lo que mejor sabe hacer: tocar el piano. Su trompetista Brian Lynch y su trombonista Conrad Herwis no se quedaron sentados.
Roja como un tomate se puso la cara de Herwis durante el tiempo en que se mantuvo tocando el trombón, mientras que Palmieri miraba con una gran sonrisa la fuerza y la energía que allí se estaba generando, y que al finalizar fue aplaudida con respeto.
"He gozado hoy con la Orquesta Sinfónica (...). Fue tan impresionante. Me asustaron con ese danzón", fueron las palabras de maestro Palmieri al terminar el evento y luego expresó; "nunca había sentido esto antes".
Asimismo, el reconocido pianista agregó: "Tienen que sentir tremendo orgullo de su país, del esfuerzo que se está haciendo", y dijo que pueden contar con él para repetir la experiencia. "Es un día inolvidable".
Palmieri se fue del salón también con, según sus palabras, "el congo encendido". El motivo fue el golpe del tambor del estado Aragua por parte de los miembros de la Fundación Grupo Madera, quienes también le obsequiaron un kit de petrotambores, fabricados ecológicamente por esta agrupación a través del proyecto Anda Sonando.
Charley Guzmán, de la Orquesta Latino Caribeña Simón Bolívar, manifestó que lo hoy vivido "¡Fue maravilloso!".
"Fue una experiencia única, y la describiría como mágica", señaló este joven venezolano de 21 años de edad.
Esta tarde, el pianista se presentará nuevamente para un concierto en la Plaza Diego Ibarra, en el centro de Caracas, evento que contará con la participación de destacada figuras de la música venezolana como Francisco Pacheco y su Pueblo, junto a la banda de música tropical Bailatino.
La pieza Palma del pianista neoyorquino, ejecutada por los integrantes de la orquesta venezolana, movió a más de uno en el salón Simón Bolívar. Tanto los que estaban sus asientos, como quienes estaban de pie, no pudieron ocultar las ganas de seguir el ritmo de aquella música.
Dos columnas que sostienen la estructura del edificio fueron incómodas para los que querían observar el espectáculo y la melodía entraba por los oídos de todos, hasta de aquellos que no son muy prestos para el baile; sin embargo, ninguno pudo resistirse al calor de estas notas caribeñas.
Momento más tarde tomó el turno el profesor Alberto Vergara, de la Orquesta Latino Caribeña Simón Bolívar, que luego de dar la bienvenida al maestro Palmieri, dirigió la próxima interpretación.
Tres minutos después, comenzó algo "mágico". La pieza Lo que traigo es sabroso, del tercer disco de la orquesta La Perfecta, estremeció el lugar. Muchos comenzaron a aglutinarse en la parte delantera de la sala, aliados con los dos cimientos del edificio que reverberaban con el bajo de la música.
La emoción de quienes disfrutaron la presentación no se pudo ocultar, pues Palmieri hizo lo que mejor sabe hacer: tocar el piano. Su trompetista Brian Lynch y su trombonista Conrad Herwis no se quedaron sentados.
Roja como un tomate se puso la cara de Herwis durante el tiempo en que se mantuvo tocando el trombón, mientras que Palmieri miraba con una gran sonrisa la fuerza y la energía que allí se estaba generando, y que al finalizar fue aplaudida con respeto.
"He gozado hoy con la Orquesta Sinfónica (...). Fue tan impresionante. Me asustaron con ese danzón", fueron las palabras de maestro Palmieri al terminar el evento y luego expresó; "nunca había sentido esto antes".
Asimismo, el reconocido pianista agregó: "Tienen que sentir tremendo orgullo de su país, del esfuerzo que se está haciendo", y dijo que pueden contar con él para repetir la experiencia. "Es un día inolvidable".
Palmieri se fue del salón también con, según sus palabras, "el congo encendido". El motivo fue el golpe del tambor del estado Aragua por parte de los miembros de la Fundación Grupo Madera, quienes también le obsequiaron un kit de petrotambores, fabricados ecológicamente por esta agrupación a través del proyecto Anda Sonando.
Charley Guzmán, de la Orquesta Latino Caribeña Simón Bolívar, manifestó que lo hoy vivido "¡Fue maravilloso!".
"Fue una experiencia única, y la describiría como mágica", señaló este joven venezolano de 21 años de edad.
Esta tarde, el pianista se presentará nuevamente para un concierto en la Plaza Diego Ibarra, en el centro de Caracas, evento que contará con la participación de destacada figuras de la música venezolana como Francisco Pacheco y su Pueblo, junto a la banda de música tropical Bailatino.