El 27 de enero, Demi Moore fue hospitalizada por recomendación del servicio de urgencias, después de ser asistida en su casa tras haber perdido el conocimiento por haber abusado del gas de la risa.
Las consecuencias de este hecho fueron nefastas para la intérprete, ya que, tras su recuperación, el director del film Lovelace decidió dejar sin efecto la propuesta laboral que le había hecho. Ahora, su carrera como actriz se tambalea a causa de los problemas que viene sufriendo desde que se separó de Ashton Kutcher.
Preocupado por la salud de su ex esposa, de quien se divorció en el año 2000 y quien es la madre de sus hijas Rumer, Scout LaRue y Tallulah Belle, de 23, 20 y 17 años respectivamente, Bruce Willis visitó a Demi en su domicilio. Pero luego de ese encuentro, su otro ex marido, Kutcher, no quiso ser menos e inesperadamente apareció en la mansión de la intérprete, preocupado por su bienestar.
Parece que el entorno de la actriz está intranquilo por ella, a quien le está costando reconocer que su carrera se ha estancado y que ya no va a volver a ser la estrella que fue.