En un primer momento, Vogue se planteó nombrar a Lady Gaga, por su
multitud de seguidores en las redes sociales, pero fue la determinación y
espíritu guerrero de Rihanna la que le valieron el título.
“Su carrera ha estado siempre basada en la utilización astuta de
sensualidad y provocación”, dice Vogue, alabándola por ser
“independiente y enérgica y un modelo a seguir”.
La revista también comenta la capacidad que ha tenido Rihanna para
enfrentarse a los momentos difíciles públicos y a las dificultades
personales, incluyendo, como era de esperarse, su problemática relación con su ex novio Chris Brown y la adicción de su padre a las drogas.
La revista también proyecta la labor humanitaria de la cantante.
“Ella apoya campañas de lucha contra el cáncer de mama o lucha contra la
discriminación de la mujer, pero también siempre está dispuesta a
ayudar a las personas que tienen necesidades o están enfermas”.