Una Barranquilla desbocada en un mismo sentimiento de tristeza acompañó al cantante Joe Arroyo hasta su sepelio. Miles de personas colmaron de lágrimas los actos fúnebres en la iglesia y en el recorrido hacia el cementerio.
El cantante de origen caribeño pasó sus últimos días debatiéndose entre la vida y la muerte. Ayer abandonó este mundo pero su legado está vigente y luchará por ser longevo en la sociedad.