La cantante ingresó el pasado mes de noviembre en un centro de
rehabilitación por tener un desorden alimenticio y por autolesionarse.
El tratamiento, que duró tres meses, le ha hecho ver que su problema
puede servir de ejemplo a mucha gente que necesite ayuda.
Al ser preguntada por qué había decidido contar sus problemas
personales, la joven de 18 años contestó: "Porque sé que si uso mi voz
para hablar con alguien, entonces habré cumplido mi parte. Siento que no
es una coincidencia que Dios me haya hecho pasar por todo esto y que
además me haya dado la voz que tengo. Creo que mi propósito es algo más
que ser cantante o actriz. Es llegar a la gente y hacerles entender que
no deben tener miedo a contar sus problemas.
"Me encantaría ver que la gente que tiene los mismos problemas que yo
recibe ayuda. Pueden verme como un ejemplo a seguir y decir: 'Hay vida
detrás de toda esta adicción o de un desorden alimenticio'. Pienso que
si esto puede prevenir que alguien tome el mismo camino que yo, o si
salva la vida de alguien, habré conseguido mi propósito".
Demi asegura que sus problemas continúan, pero que a pesar de ello
intenta seguir con su vida de la mejor manera que puede.
"Es un proceso que requiere tiempo, y lo más duro de todo es que voy a
tener que afrontarlo cada día durante el resto de mi vida. Puede que lo
eche a perder y que no sea perfecta, pero cada día que intento superarlo
me siento mejor conmigo misma. Cada día estoy un paso más lejos de
donde estaba antes", aseguró la cantante.