Crónica: extra en Power Rangers condenado a muerte

 
Skylar Deleon, antiguo extra en el popular programa de televisión Mighty Morphin Power Rangers, fue condenado a muerte por el asesinato de una pareja de ancianos para robar su yate. En un principio se había informado de que el actor ocupó un papel protagónico en la popular serie; sin embargo, luego se supo que sólo había actuado como extra en un solo capítulo en 1994 llamado "Segunda oportunidad", según el periódico Los Andes, de Argentina.

Lo que parecía ser un mal enfrentamiento al fracaso, terminó en una tragedia sin precedentes. En noviembre de 2004, después de haber leído un anuncio en el periódico en el que se vendía un yate, decidió contactar a los dueños para cuadrar una cita. Thomas y Jackie Hawkes, una pareja mayor, le comentó a Deleon que habían tomado la decisión de vender su embarcación para mudarse a Arizona y estar más cerca de su nieto.

Con la imagen de un hombre de familia organizado y responsable, los Hawkes no dudaron en aceptar la oferta de Deleon: 440.000 dólares. El día de su segundo encuentro fue la última vez que se les vio a Thomas y a Jackie Hawks con vida.

Llevado por la avaricia, Deleon tenía claro que ese yate tenía que ser suyo. Dinero no había, así que la única opción era robarlo. Confiado en su habilidad como atracador, Deleon, llegó acompañado de su esposa y de su amigo John Kennedy, con la supuesta intención de firmar los papeles de traspaso del yate y entregarles lo acordado. Pero en cuestión de minutos, la amigable reunión se convirtió en escena de una película de terror.

Kennedy, miembro de una peligrosa pandilla de Los Ángeles, fue el encargado de someter a la pareja. Esposados, los obligó a firmar los papeles amenazando con matarlos. Aterrorizados, hicieron caso, confiados en que sus vidas serían perdonadas.

Hasta el momento esa era la idea. Pero en menos de cinco minutos, el ex Power Ranger perdió el control de la situación. Neurótico y bastante nervioso, amarró a la pareja al ancla del yate. Las súplicas y el llanto no tuvieron efecto alguno en Deleon, quien los lanzó al mar y los dejó morir ahogados. Mientras regresaban al puerto, él y sus dos cómplices se encargaron de desaparecer cualquier evidencia de lo sucedido, al tiempo que guardaban en bolsas de basura todos los objetos pertenecientes a los Hawks. Hasta ese momento, era el crimen perfecto.

Pero la suerte se le acabó una semana después, cuando Jackie y Thomas Hawkes fueron declarados oficialmente desaparecidos. Con una tranquilidad abrumadora, Deleon contestó las preguntas de la policía, que lo contactó cuando la familia de los Hawks dio su nombre como un posible comprador del yate: “Tras cerrar el negocio, ellos subieron a su carro y se fueron, esta fue la última vez que los vi”. Para sustentar su versión, les mostró los papeles de traspaso. Su actitud era tan relajada que la policía se fue sin más preguntas.

Solo cuando las autoridades encontraron los cuerpos en el mar, la actuación de Deleon se fue al piso. Si se habían ido en el carro, como aseguró el ex actor, ¿por qué terminar ahogados cerca al puerto donde se encontraba el yate, que ahora pertenecía a Deleon? La insistencia por parte de las autoridades se hizo más fuerte, y al igual que en sus años de actor juvenil, Skylar no soportó la presión.

Su siguiente paso fue acusar a John Kennedy de ser el asesino y de obligarlo a estar en la escena del crimen. Lo que Deleon no sabía era que Kennedy ya había hablado con la policía y dado pruebas de que él solamente había esposado a la pareja y limpiado el yate. Kennedy aseguró que Deleon planificó el robo y amarró a los Hawkes al ancla antes de lanzarlos al mar.

El 15 de enero de 2005, Skylar Deleon fue arrestado por los cargos de secuestro, robo y doble asesinato. Y mientras esperaba el juicio, arregló con su compañero de celda asesinar a su propio padre, John Jacobson Jr., y a su primo, porque supuestamente sabían de su culpabilidad en el asesinato de los Hawkes.

Con su plan fallido, debido a que su compañero de celda lo delató, no tuvo más opción que declararse culpable. Después se supo que en 2003 había degollado a un hombre por robarle 50.000 dólares. La defensa fue ridícula. “Quería robar el dinero para poder pagar una cirugía de cambio de sexo”, dijo con lágrimas en sus ojos cuando lo llamaron a testificar. “Estoy tan desesperado por hacerlo que ya intenté quitármelo yo mismo con una cuchilla”.

Si pensó que sus lágrimas conmoverían al jurado, no pudo estar más equivocado. En menos de cuatro horas de deliberación, lo encontraron culpable. A diferencia de Kennedy, el pandillero, y de Jennifer, su esposa, que fueron condenados a doble cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, Deleon fue condenado a la pena de muerte. La frialdad con la que engañó a los Hawkes para ganarse su confianza, para luego amarrarlos al ancla y lanzarlos vivos al mar, fue suficiente para que un juez de la Corte de Orange County anunciara el pasado 21 de junio que Skylar Deleon morirá bajo la inyección letal, la primera semana de agosto de 2011. 


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