La Fundación Bill y Melinda Gates se comprometió a destinar
millones de dólares para subvencionar a personas innovadoras convocadas
para reinventar el sanitario, indicó a la AFP Frank Rijsberman, director
de programas de agua, sanitarios e higiénicos de la fundación Gates.
El objetivo es mejorar las condiciones sanitarias en los países pobres ofreciendo pocetas a las 2.600 millones de personas que no tienen acceso a ellos, precisó Rijsberman.
"Los sanitarios son un tema muy importante en África", destacó el responsable de la fundación Gates. "En algunas ciudades, la gente usa como baño una bolsa de plástico que luego tira a la calle", añadió.
"No solamente es asqueroso: los niños entran en contacto con los excrementos y pueden desarrollar diarreas crónicas que matan a más niños de menos de cinco años que el sida y la malaria juntas", explicó Rijsberman.
Pero la fundación Gates no solo quiere mejorar el acceso al inodoro. También quiere reinventarlo y buscar un sistema alternativo a las cisternas que, según Rijsberman, representan un "despilfarro de agua potable".
Con esta perspectiva, la fundación Gates anunció en la conferencia AfricaSan de Kigali en Ruanda que ofrecerá 42 millones de dólares de subvenciones para limitar el despilfarro y encontrar la manera de reciclar los excrementos y transformarlos en energía o fertilizante.
"Tenemos que aprender a no pensar en la caca como una molestia y un desperdicio, sino como un recurso que puede ser reciclado a un costo de unos centavos por día", dijo Rijsberman.
La Fundación espera que se puedan desarrollar varios prototipos en un año, y que la nueva generación de inodoros llegue a los mercados del mundo en desarrollo en unos tres años, dijo.
El objetivo es mejorar las condiciones sanitarias en los países pobres ofreciendo pocetas a las 2.600 millones de personas que no tienen acceso a ellos, precisó Rijsberman.
"Los sanitarios son un tema muy importante en África", destacó el responsable de la fundación Gates. "En algunas ciudades, la gente usa como baño una bolsa de plástico que luego tira a la calle", añadió.
"No solamente es asqueroso: los niños entran en contacto con los excrementos y pueden desarrollar diarreas crónicas que matan a más niños de menos de cinco años que el sida y la malaria juntas", explicó Rijsberman.
Pero la fundación Gates no solo quiere mejorar el acceso al inodoro. También quiere reinventarlo y buscar un sistema alternativo a las cisternas que, según Rijsberman, representan un "despilfarro de agua potable".
Con esta perspectiva, la fundación Gates anunció en la conferencia AfricaSan de Kigali en Ruanda que ofrecerá 42 millones de dólares de subvenciones para limitar el despilfarro y encontrar la manera de reciclar los excrementos y transformarlos en energía o fertilizante.
"Tenemos que aprender a no pensar en la caca como una molestia y un desperdicio, sino como un recurso que puede ser reciclado a un costo de unos centavos por día", dijo Rijsberman.
La Fundación espera que se puedan desarrollar varios prototipos en un año, y que la nueva generación de inodoros llegue a los mercados del mundo en desarrollo en unos tres años, dijo.