Oh, Katy… la cantante de los “sueños de California” protagoniza la nueva portada de la revista Rolling Stone, publicación en la que confiesa que de joven estaba acomplejada por sus senos a tal punto que se los vendaba para que no se notara su gran tamaño.
A continuación, fragmentos de la entrevista que reproduce hoy el portal de la revista:
“Empecé a rezar por ellas [las tetas], cuando tenía unos 11 años. Y Dios respondió a esas plegarias con mucha más intensidad de lo que yo deseaba, unas cien veces más. ‘Por favor, para, Dios. Ya no me puedo ver los pies. Por favor, para’, le suplicaba. Se me puso un cuerpo en forma de rectángulo. No lo entendía. En sexto curso, empezaron a burlarse de mí por el gran tamaño de mi pecho. No sabía qué hacer con él. Y empecé a vendarme las tetas. ¿Cuánto tiempo las llevé vendadas? Probablemente hasta que cumplí 19. Y no, no me ha dejado ningún trauma psicológico”.
Otro tema que Perry abordó fue el de las críticas a su música pop:
“Siempre que alguien me pregunta que cómo me sientan las malas críticas, pienso: ‘¿Has visto la carrera que he tenido? ¿Has visto las cifras de venta? ¡Los número no mienten!”, se defiende. Al mismo tiempo, reconoce las limitaciones de la música pop. “No soy tonta. Sé que California gurls’ no va a salvar el mundo. Pero he puesto en esas canciones todo mi corazón”, narra la joven.